El marketing anota el primer gol del Mundial
18 de mayo de 2006
La disputa de un Mundial de fútbol constituye hoy en día un evento de extraordinaria magnitud, cuyas consecuencias económicas tienen casi más relevancia que los acontecimientos que se puedan producir en el orden estrictamente deportivo.
Cuando falta justo un mes para el inicio de la competición, las 32 selecciones participantes en Alemania 2006 apuran el tiempo para facilitar las listas oficiales de convocados y encaran ya la recta final de su preparación para alzarse con el trofeo de la Copa del Mundo el próximo 9 de julio en Berlín.
En paralelo, las grandes compañías multinacionales -sean o no patrocinadores oficiales del evento-, así como el comercio minorista alemán y todos aquellos que en mayor o menor medida han calculado hacer negocio alrededor del Mundial prevén incrementar a última hora la venta de artículos mundialistas.
Perspectiva de negocio
En concreto, el comercio minorista alemán cifra en 2.000 millones de euros -unos 2.380 millones de dólares- los ingresos extras que generará la gran cita del fútbol. La FIFA -y bajo su amparo los 21 patrocinadores oficiales de Alemania 2006, que abonaron 700 millones de euros por obtener ese privilegio- calcula que la venta de artículos con el logotipo oficial del Mundial supondrá una facturación de unos 1.500 millones de euros -1.790 millones de dólares-.
De hecho, todos coinciden en señalar que las semanas previas al gran evento son claves para asegurar el éxito de inversiones millonarias planeadas a lo largo de meses para una cita que en lo deportivo durará tan sólo 30 días.
Fiebre del marketing
Es la fiebre del marketing, que supera lo deportivo y que periódicamente asalta sin piedad el ansia consumista del planeta futbolístico. Todo vale con tal de vender algún producto cualquiera, por muy remota que pueda ser su relación con el deporte rey: con logotipo o sin logotipo oficial de Alemania 2006, el mercado se ve estos días asaltado por una variada oferta de productos, algunos de los cuales de dudosa utilidad y buen gusto.
Un buen ejemplo puede ser el souvenir que se encarga de comercializar una empresa alemana y que consiste en unas bolsitas con aroma a césped. El aire es introducido a presión en unas pequeñas bolsas que se podrán adquirir al módico precio de 5 euros. La compañía que comercializa este curioso producto asegura haber recibido ya más de un millón de pedidos.
Más tangible pero no mucho más voluminoso es el césped oficial del Mundial. Por poco menos de 10 euros se puede conseguir un pedacito de terreno de juego con la garantía de que procede del proveedor oficial de la FIFA. Basta con regarlo con agua y cortarlo a la altura deseada a medida que los brotes vayan creciendo. "¡Un recuerdo para la eternidad!", reza el eslogan de venta. Para añadir un toque más místico al producto, sólo hay que bautizarlo con un nombre tan imponente como "Heiliger Rasen" ("césped santo").
Sólo vale la imaginación
A partir de aquí, la gama de productos relacionados -con más o menos acierto- con el Mundial de Alemania supera lo imaginable: alimentos -sobre todo dulces- con forma de botas, balones o de la Copa del Mundo; para los más patriotas, ropa de baño o incluso lencería con los colores de los países participantes; artículos de informática con motivos del mundial, como salvapantallas o fondos de escritorio; artículos de decoración con el balón como protagonista; o los típicos llaveros e imanes, para los consumidores más clasicos.
Para tranquilidad de los más futboleros, hay que decir que el producto estrella continúa siendo el balón del Mundial. Para esta ocasión, Adidas ha fabricado el "Teamgeist" (espíritu de equipo), que está a la venta por un precio de 110 euros -unos 130 dólares-. Como sus predecesores en otras ediciones del Mundial o de la Eurocopa, el nuevo esférico supone un nuevo avance en ingeniería deportiva. Eso sí, el fabricante del "Teamgeist" se ha asegurado que sea perfectamente redondo. Sólo faltaría.