El negocio de los caza-plagios
23 de enero de 2013Martin Heidingsfelder es el caza-plagios más famoso de Alemania y uno de los pocos que gana dinero por identificar pasajes copiados en tesis de doctorado. Su servicio básico vale 30 euros y puede llegar a costar hasta cien o mil euros, cuenta en conversación con DW.
En marzo de 2011, Heidingsfelder fundó la plataforma VroniPlag Wiki, en donde voluntarios se dedican a analizar tesis de doctorado. Después de una disputa con usuarios de esa plataforma, Heidingsfelder se independizó. Ahora, le pagan por descubrir plagios.
Los clientes permanecen en el anonimato
El experto no puede y no quiere revelar la identidad de sus clientes. “Mi clientela es tan heterogénea que no puedo hacer una declaración al respecto”, explica. “Es un negocio discreto y yo no hago muchas preguntas.”
Por lo menos, Heidingsfelder llega a conocer de vista a sus clientes. En cambio, en plataformas como VroniPlag Wiki, los caza-plagios trabajan en el anonimato y muchas veces solo señalan posibles plagios con el dedo, sin comprobarlos. Gerhard Dannemann, profesor de la Universidad Humboldt de Berlín, admite que esto también puede ser indicio de que se trata de venganzas personales.
Los políticos no son el centro de atención
Los casos más famosos de plagios han involucrado a políticos. “De seguro, al principio, sobre todo personas afiliadas a un cierto partido quisieron desenmascarar a políticos de otros partidos”, dice Dannemann. Pero, actualmente, ese ya no es el caso. Según el experto, en VroniPlag Wiki y otras plataformas, los políticos ya no son el centro de atención, sino sobre todo científicos y personas poco conocidas. Tanto Heidingsfelder como Dannemann están de acuerdo en que el trabajo científico es lo primordial.
Desde que le retiraran el doctorado al exministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg, los políticos están bajo sospecha general. La víctima más reciente es la Ministra de Educación, Annette Schavan. La Universidad de Düsseldorf ha decidido abrir el proceso para retirar el doctorado a la ministra por posible plagio.
Uwe Kamenz, investigador de plagios de Münster, está haciendo un estudio comparativo con tesis de políticos actuales y antiguos. “Cuando publiquemos nuestros resultados, seguramente revelarán que el 90 por ciento de los trabajos académicos están bien”, cuenta.
Caza-plagios: ¿una nueva profesión?
Uwe Kamenz se distancia de aquellos que hacen públicos los plagios: “En caso de encontrar un plagio, solo vamos a informar a las personas que están involucradas directamente en el caso.”
Pero, según Heidingsfelder, no se trata de una profesión con futuro. “Pronto, el interés declinará”, comenta. Después de todo, la que tienen la última palabra son las universidades, que deciden si se trata de un plagio o no. Por lo pronto, el caza-plagios espera que “uno u otro de sus colegas expertos obtenga un puesto fijo en alguna universidad para analizar las tesis de antemano”.
Autor: Ole Kämper/ VC
Editora: Emilia Rojas Sasse