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El plan alemán para apoyar la transición en Siria

13 de diciembre de 2024

El Gobierno alemán pone condiciones para apoyar al Gobierno de transición sirio. Pero sus posibilidades de influir son limitadas.

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Gente celebra la caída de Al Asad.
Alemania pide a Damasco, entre otras cosas, garantizar los derechos de las mujeres.Imagen: Louai Beshara/AFP

Tras el derrocamiento del régimen de Bashar al Asad, Alemania quiere respaldar a Siria, pero solo si todos los grupos de su población son tenidos en cuenta.

La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, aludió a "un momento de esperanza”, pero también manifestó la "preocupación de que esa esperanza pudiera ser engañosa”. Y afirmó que hay que poner todos los esfuerzos en lograr que "Siria encuentre el camino hacia un futuro pacífico y estable para todos”.

A juicio de Baerbock, eso supone también que en Siria se ventile en los tribunales lo ocurrido en la época de Al Asad: "Sin justicia no puede haber una reconciliación duradera”.

Su ministerio ha elaborado un plan de ocho puntos, en el que se plantea como principal objetivo "una transición pacífica”. Y se indica que solo se conseguirá que haya un Gobierno civil aceptado ampliamente "si todas las minorías y grupos políticos” son incluidos. Baerbock también demandó que se respeten los derechos de las mujeres. "Será un camino pedregoso”, al término del cual "ojalá haya un día elecciones libres”.

La transformación de Al Jolani

La confianza no parece ser muy grande, pese a la retórica moderada de Damasco. El Gobierno de transición, dirigido por la milicia islamista HTS, ha prometido garantizar los derechos de todos los grupos religiosos. "Juzgaremos al HTS por sus actos”, dijo Baerbock.

Las dudas se deben al origen de HTS, que surgió del Frente Al-Nusra, la rama siria de Al Qaeda. Su líder, Abu Mohamed al Jolani,ahora se muestra moderado. Según sus propias afirmaciones, HTS ya no tiene vínculos con Al Qaeda desde 2016, pero la ONU, la UE, Estados Unidos y Turquía siguen catalogando a la milicia como organización terrorista.

Hans-Jakob Schindler, director de la organización internacional Counter Extremism Project, considera positivas las primeras declaraciones de Al Jolani, pero hace notar a DW que el HTS "no luchó solo” contra Al Asad, sino que también lo combatieron grupos islamistas de línea dura. "Ellos tienen otra idea acerca de cómo debe ser el sistema político de Siria. Y a todos esos grupos habrá que pagarles con poder e influencia por haber compartido la lucha”, dice.

Schindler comenta la supuesta transformación de Al Jolani, quien asegura que ahora se mueve en posiciones moderadas, diciendo que "uno puede creerlo, aunque no está obligado a hacerlo”. En cualquier caso, Schindler acota que el supuesto cambio de Al Jolani ha sido hábil desde el punto de vista político. "Si ahora el Sr. Al Jolani puede erigirse, o erigir a su primer ministro, en 'intermediario' con Occidente y en bisagra para todo el potencial dinero de ayuda y los contactos políticos que Europa, Estados Unidos y el resto del mundo puedan ofrecer, entonces, por supuesto, también habrá asegurado a largo plazo su posición central en el sistema de poder”, explica el experto.

Israel y Turquía

Alemania también quiere prestar apoyo diplomático a una transición positiva en Siria. Esto incluye pedir a Israel y Turquía que no cuestionen la integridad territorial del país. El proceso de diálogo interno sirio no debe ser "torpedeado desde el exterior”, afirmó Baerbock. "Los Gobiernos turco e israelí, que hacen valer intereses de seguridad, no deben poner en peligro el proceso con sus acciones”, subrayó.

La ministra alemana de RR.EE., Annalena Baerbock.
La ministra alemana de RR.EE., Annalena Baerbock.Imagen: Mauersberger/IMAGO

En los últimos días, Israel no solo atacó objetivos militares en Siria y destruyó material bélico, sino que emplazó también tropas en la zona de amortiguamiento establecida en 1974 en los altos del Golán. Según la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, eso será transitorio y apunta a evitar "que grupos yihadistas llenen el vacío de poder” causado por la caída del Gobierno de Al Asad.

Turquía, por su parte, tiene gran influencia en Siria. Apoyó durante años a las fuerzas opuestas a Al Asad, entre ellas milicias islamistas, y combate a grupos kurdos en el norte del país. Según Schindler, Occidente solo podría influir en el desarrollo de los acontecimientos en Siria a través de Ankara.

Pero lo que no puede esperar es la ayuda humanitaria para Siria. Alemania ya se ha comprometido a entregar ocho millones de euros en asistencia inmediata. Además, independientemente del cambio de Gobierno en Damasco, Berlín asignó este año cerca de 125 millones de euros a proyectos de ayuda al desarrollo en Siria, como el suministro de agua en Alepo y el funcionamiento de hospitales en la región de Idlib.

(ers/ms)