El Ramadán: un reto para los musulmanes
20 de julio de 2012Celebrar el Ramadán significa no poder beber ni comer desde el amanecer hasta el anochecer durante 18 horas, cada día, por todo un mes. Aún así, para muchos musulmanes el Ramadán representa una de las épocas más bonitas del año, pero al mismo tiempo, también es un período de grandes y pequeños retos: “Tener que desistir del café en las mañanas es muy difícil para mí”, cuenta Umm Aziz. Desde hace 15 años vive en Alemania, es madre de dos hijos y desde hace un año trabaja en el sector gastronómico. En Alemania, muchos musulmanes trabajan en este sector. Sobre todo cuando las temperaturas suben, la lucha contra la sed se vuelve más dura. A esto se suman el cansancio y la creciente debilidad. Los fumadores, además, enfrentan todos los día la desintoxicación.
Enfrentar el Ramadán en Occidente
Pero la mayoría de los musulmanes no puede escapar a las obligaciones del día a día. Mientras más tiempo Umm Aziz lleva viviendo en Alemania e integra las formas de vida occidentales a las suyas, más difícil se vuelve el período de ayuno: “este año va a ser muy difícil. Generalmente llego al restaurante por la tarde y entonces tengo que preparar los platos para la noche.” Entre los huéspedes hay muchos árabes que llegan para el Iftar, así se denomina la interrupción del ayuno para comer por la noche. Esta es una temporada alta para el restaurante de Aziz en Colonia. Durante los últimos años siempre hubo días en los que ya no aguantó más. Pero esta vez, quiere lograrlo. “Me siento mal cuando al final del Ramadán, todos los musulmanes, menos yo, pueden festejar.” Después de todo, también se trata de festejar el triunfo sobre el propio ego.
Calor, estrés, desintoxicación
Por el contrario, Haider Omar tomó la decisión de no ayunar esta vez. Es dueño de un restaurante, pero el ayuno perjudica su negocio: “Tengo que probar todos los platos y eso simplemente no lo puedo hacer durante el ayuno.” No quiere que sus colegas sean los catadores, “porque entonces los platos no saben igual”. Pero ese no es el único problema del gastrónomo de 40 años de edad. Siendo un fumador empedernido, el estrés de la cocina casi no le permite abstenerse de los cigarrillos. El calor de la parrilla, el estrés y el cansancio hacen que el síndrome de abstinencia sea insoportable. “Ayuné durante muchos años. Como fumador uno no hace otra cosa que pensar en los cigarrillos todo el día. Y cuando llega el Iftar, lo primero que haces es encender un cigarrillo antes de comer o beber algo.” Esto siempre le causó problemas de circulación, dice Haider Omar.
Quien puede, huye
Un punto central que complica el Ramadán para los musulmanes en Alemania es la falta de apoyo de un entorno en donde todos participan del ayuno, como suele darse en los países musulmanes. Si toda la población ayuna y las tiendas solo abren en la noche, esto facilita mucho el tiempo de ayuno. Por eso, si el Ramadán cae en verano, muchos musulmanes residentes en Alemania deciden pasar los meses veraniegos en su país de procedencia.
Excepciones del mandamiento de ayuno
El mes de ayuno Ramadán es uno de los cinco pilares del islam y, por ello, un mandamiento. Muchos musulmanes no se podrían imaginar no ayunar, sin importar que tan difíciles sean las condiciones para ello. Pese a que el Ramadán prevé excepciones, muchos creyentes tratan de superarse mutuamente. Aunque excluya explícitamente a mujeres embarazadas del ayuno, porque podría tener consecuencias negativas para los fetos y los recién nacidos, muchas mujeres también se abstienen de comer y beber.
“En el islam vale: lo que una persona no puede hacer, Dios no se lo impondrá”, dice el imán Erol Pürlü, de la Asociación de Centros Culturales Islámicos en Colonia. Enfermos, viajeros, mujeres embarazadas y en lactancia están libradas del mandamiento de ayuno. Personas con enfermedades crónicas, imposibilitadas de ayunar, pueden compensarlo por medio de donativos para los pobres. Creyentes que no puedan practicar el ayuno durante el Ramadán, como mujeres con periodo, pueden recuperar los días de ayuno durante el resto del año.
El ayuno comienza con la adolescencia
Para los niños y jóvenes existen reglas especiales. Todo depende de su madurez religiosa. “Esta se puede alcanzar a los 13, 14 ó 15 años. Los eruditos islámicos identifican la madurez religiosa con la adolescencia”, dice Erol Pürlü. Sin embargo, ya niños más jóvenes empiezan a practicar el ayuno. Pero antes de empezar a practicarlo, todos los jóvenes deberían hacerse un examen médico, porque solo las personas sanas pueden aguantar cuatro semanas sin comer ni beber durante el día.