Hay combates feroces por la ciudad de Jersón: el norte ha vuelto a manos de Ucrania, pero los rusos aún ocupan el sur. Chebotarov trabaja en dos hospitales al mismo tiempo para que siga siendo posible operar. Las alarmas suenan a menudo y los pacientes y el personal tienen que refugiarse en el búnker del sótano. Y Sascha tiene otro problema: su mujer y su hija de cinco años viven en el oeste de Ucrania. Allí, el peligro de las bombas es menor, pero siempre están preocupadas por el padre de familia cercano al frente de guerra. Un reportaje de Carolina Chimoy.