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El salvavidas internacional

5 de agosto de 2002

El crédito estadounidense 1.500 millones de dólares da un respiro a Uruguay. Pero no habrá suma suficiente para superar la crisis, si no se restablece la confianza, afirma una analista del Deutsche Bank Research.

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Saqueos en un barrio de Montevideo, el 1 de agosto.Imagen: AP

Uruguay está recibiendo la ayuda de emergencia de la que no dispuso Argentina a fines del año pasado. Estados Unidos giró esta vez con premura los fondos imprescindibles para mantener a flote la banca uruguaya y tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo se aprestan a otorgar su apoyo.

¿Lección aprendida?

Al parecer, los organismos multilaterales no están dispuestos esta vez a permitir la catástrofe total. Así lo estima también María Laura Lanzeni, jefa del equipo encargado de los países emergentes en el departamento de Análisis de Riesgo del Deutsche Bank Research, indicando que ambas partes han aprendido. La experta atribuye la nueva actitud internacional a la magnitud que ha adquirido la crisis sudamericana. En conversación con DW-World, hizo notar que también podría argumentarse que no se debe permitir el "contagio" de países que en sí aplican políticas correctas y que están sufriendo las repercusiones del desastre vecino.

A nadie le cabe duda de que lo que detonó principalmente el tambaleo de la banca uruguaya y obligó a una semana de "feriado" forzoso, fue el "virus del tango. A fin de cuentas, se estima que los ahorradores argentinos mantenían más de 3.000 millones de dólares depositados en Uruguay, en su mayoría en los bancos públicos.

Mejor que el corralito

La asistencia exterior es "un paso muy importante para ayudar a Uruguay a salir de la crisis, pero ningún tipo de ayuda será suficiente en la medida en que los ahorradores no logren recuperar la confianza en el sistema bancario local", afirma María Laura Lanzeni. Para lograr tal objetivo, es necesario que Montevideo adopte medidas muy decididas. La experta considera positivo que el gobierno haya dado señales de cierta diferenciación, optando por recapitalizar primero la banca estatal y dar a los institutos financieros privados un margen para negociar con sus clientes. "Creo que esa solución puede funcionar mejor que el corralito en Argentina", indica la experta.

Lainquietud, en todo caso, se mantiene en Europa, no sólo por las empresas que tienen intereses en América Latina y se han visto directamente afectadas. "Más allá de las fluctuaciones del mercado y el tema financiero, a nosotros nos preocupan mucho las repercusiones en el crecimiento y el flujo de capitales", señala la analista de riesgos del Deutsche Bank Research. "Vemos que América Latina hace ya dos años que no crece en promedio y puede haber un año más todavía de estancamiento", apunta.

La clave estadounidense

Incluso países considerados económicamente sólidos, como Chile, están resintiendo el impacto. Aunque a juicio de los expertos mantiene una situación macroeconómica favorable, se percibe un contagio en el sistema financiero y en la moneda. Y eso es grave, porque limita la capacidad de acción del gobierno. Con todo, los analistas no pierden la confianza en la capacidad chilena de sortear el temporal, como lo ha hecho el país en otras ocasiones, gracias a la solidez de su política fiscal.

Pero es hacia Brasil donde se vuelven ahora principalmente los ojos de los entendidos. Según María Laura Lanzeni, mucho dependerá de lo que ocurra en ese país y también del crecimiento que logre registrar Estados Unidos, cuya economía tiene gran incidencia en América Latina. Hasta ahora, en el Deutsche Bank Research se prevé un crecimiento moderado en la potencia del norte, pero los indicios tampoco son demasiado alentadores.