El secreto de la reconstrucción alemana: la solidaridad ciudadana
23 de septiembre de 2010Se estima que las transferencias financiadas por los alemanes occidentales desde que fue sellada la reunificación alemana el 3 de octubre de 1990 ascienden a unos 1,3 billones de euros. En comparación, la ayuda al desarrollo mundial durante los últimos 50 años asciende al equivalente a unos 1,5 billones de euros. La reconstrucción en el Este no ha sido concluida aún y el llamado Impuesto de Solidaridad, actualmente equivalente al 5,5% del impuesto sobre la renta, que tienen que aportar todos los ciudadanos, seguirá teniendo vigencia hasta el 2019.
Quien viaja por las emblemáticas ciudades del este alemán: Dresde, la joya barroca sajona; Quedlinburgo, uno de los tesoros de Sajonia Anhalt y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO; Potsdam, la ciudad de los palacios y los jardines en las inmediaciones de Berlín o Stalsund, la ciudad hanseática a orillas del Mar Báltico, se encuentra con los paisajes florecientes que prometió el ex canciller alemán Helmut Kohl a los ciudadanos de la extinta República Democrática Alemana (RDA), poco después de la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.
Veinte años después
Desde entonces han transcurrido 20 años y el costo de la reconstrucción asciende actualmente a unos 1,3 billones de euros. Theo Waigel, ministro de Finanzas entre 1989 y 1998 califica el proceso como uno de los más solidarios que ha tenido lugar en la historia sobre suelo alemán. El ministro recuerda el enojo que le provocó el comentario de un alto ejecutivo estadounidense. “Me dijo, Theo, la compra de la antigua RDA fue un mal negocio, verdad? Yo le dije lo que pensaba, que el proceso había costado y durado mucho más de lo que pensábamos inicialmente, pero a cambio 18 millones de personas viven ahora en una democracia”.
No fue la reconstrucción material de los nuevos Estados federados lo más costoso en realidad, es decir, no fueron las inversiones necesarias para reconstruir su anacrónica infraestructura lo que disparó tanto los costos. Hay que recordar que la economía de la antigua RDA había colapsado por completo, lo que había elevado el desempleo a niveles estratosféricos y eso fue lo se convirtió en la carga más pesada, que constituía una tercera parte de los costos. Una tercera parte de esos 1,3 billones de euros han sido compensaciones sociales, sobre todo al seguro de desempleo.
La producción económica del este alemán no ha alcanzado aún los niveles occidentales. El Producto Interno Bruto (PIB) de esta región es equivalente al 71% del PIB que registran en su conjunto los llamados viejos Estados federados. Pero los gastos sociales que tienen que financiar los gobiernos germano orientales siguen siendo 20% más altos que en occidente.
Llegó la globalización
Sin embargo algunas voces críticas sostienen que ésto tiene que ver con la globalización, más que con la reunificación. Eso opina Lothar de Maiziére, el último primer ministro de la antigua RDA, quien señala que la situación prevaleciente en el este alemán es consecuencia del gran proceso de transformación de la economía global. "Estamos ante una serie de problemas que aunque han tenido lugar durante el proceso de reunificación, no se derivan de éste”, afirma.
El gran problema sigue siendo la dependencia económica del este con respecto al oeste. El llamado “Pacto de Solidaridad” (que incluye el Impuesto de Solidaridad) seguirá teniendo vigencia, según previsiones gubernamentales, hasta el 2019, lo que significa que seguirán fluyendo grandes cantidades de recursos para financiar el este alemán.
Después de ese año se estima que la ayuda a las regiones más débiles tendrá lugar a través del mecanismo que ya se aplica en la parte occidental desde hace mucho, una especie de compensación inter-estatal a través de la cual los Estados federados más acaudalados apoyan a los menos favorecidos, es decir, los ricos ayudan a los pobres.
Autora: Sabine Kinkartz/ Eva Usi
Editor: José Ospina Valencia