Los futbolistas desempleados
2 de septiembre de 2010En un mundo como el del fútbol, en el que las noticias que registran las contrataciones de nuevos jugadores vienen acompañadas por el deslumbrante brillo de cifras en millones de euro, es casi impensable abordar el tema del desempleo como una realidad. Pero esa realidad existe y lejos de los grandes titulares de los diarios el Sindicato de Futbolistas Profesionales de Alemania (VDV) se ocupa de él ofreciéndole a sus miembros, a cientos de ellos cada año, la posibilidad de encontrar otra vez trabajo, en la cancha o –de ser necesario- fuera de ella.
Dos meses de incertidumbre
Desde el 2003 el sindicato organiza anualmente un campamento para los futbolistas desempleados en el que éstos pueden entrenar, mantenerse en forma y jugar partidos amistosos bajo la atenta mirada de empresarios y clubes con los cuales pueden establecer contactos que les ofrezcan perspectivas de regresar al trabajo. El año pasado más de 100 jugadores hicieron uso de la oferta, en éste se inscribieron poco más de 80 para los casi dos meses de incertidumbre (del 12 de julio al 17 de septiembre) sobre su futuro laboral.
Los jugadores, en grupos máximos de 26 cada vez, reciben de parte del sindicato alojamiento, alimentación, servicio de lavandería y de martes a viernes, mínimo 2, máximo 3 sesiones diarias de entrenamiento. Además en el campamento se organizan semanalmente dos partidos amistosos para que los futbolistas conserven, en la medida de lo posible, ritmo de competencia; a su disposición el sindicato aporta entrenadores profesionales, fisioterapeutas, un trabajador social y una presentación de cada uno de ellos en Internet para facilitarle a los clubes que buscan refuerzos un vistazo previo de sus probables adquisiciones.
Cuando uno visita esos perfiles se sorprende al encontrar jugadores que han participado en los Mundiales (el sudafricano Delron Buckley en 1998 y 2002); o fueron (o aún son) titulares en sus selecciones nacionales (Damian Raczka Sub20 de Polonia, Oliver Risser defensor de Namibia); o disfrutaron del estrellato en la Bundesliga (el delantero Francis Kioyo, el arquero Stefan Wessels, quien incluso acumula experiencia de 10 partidos en la Champions League); o son latinoamericanos (el atacante argentino Miguel Andrés Formento, y su compatriota el defensor Victor Hugo Lorenzon).
Dependientes de la ayuda social
Todos ellos, así como el resto de los visitantes del campamento, viven en el mejor caso de los ahorros, usualmente del trabajo de sus esposas, novias o familias que les apoyan, regularmente de la ayuda social que le suministra el Estado alemán a los desempleados. No todos los futbolistas sin trabajo se pueden dar el lujo que se dan, por ejemplo, los famosos porteros Timo Hildebrand (ex seleccionado alemán, recientemente contratado en Portugal) o Michael Rensing (ex Bayern Múnich, por cierto jugador no sindicalizado) de pagar entrenadores privados gracias a sus buenos ingresos del pasado.
La mayoría de los más de 80 jugadores que se inscribieron en el campamento este año necesitan del empleo para garantizar su supervivencia, y para conseguirlo tienen que estar en forma y continuar presentes en el mercado; o simplemente tener a quien acudir en busca de un plan B.
“Hay distintas razones por las cuales los futbolistas terminan en la calle y sin trabajo, las más frecuentes son que el equipo para el que juegan desciende de categoría y su contrato se disuelve automáticamente, o el contrato se vence y no es renovado” explica a Deutsche Welle el vocero del VDV Ulf Baranowsky, quien optimista también reporta que “entre el 70 y el 80 por ciento de los visitantes del campamento encuentran un nuevo empleador, bien sea en las ligas inferiores alemanas, a partir de la segunda división, o en el extranjero, especialmente de las divisiones inferiores de Portugal, Suiza, Austria o los países escandinavos”.
Optimismo depresivo
El ambiente entre los futbolistas en el campamento es, como lo formula Baranowsky “por supuesto difícil, siempre puede ser mejor, pero si se le compara con la situación que ellos atraviesan se puede decir que es positiva”. En la medianoche del 31 de agosto se cerró el mercado del fútbol, a partir de entonces, y oficialmente hasta el 15 de septiembre (después en situaciones especiales hasta el 31 de diciembre), los equipos sólo se pueden reforzar con jugadores que no tengan club; una esperanza para los desempleados que despierta optimismo pero aumenta la depresión pues el tiempo apremia.
Al fin y al cabo, de acuerdo a las cifras del sindicato, entre el 20 y el 30 por ciento de los futbolistas en el campamento no consiguen trabajo y no faltan los clubes que intentan aprovechar la situación para contratar a los jugadores muy por debajo de su valor real, lo cual ante la perspectiva de seguir desempleados es una opción mejor que no tener ninguna.
Adiós fútbol
“En esos casos, cuando nos enteramos que algo así sucede, le decimos al jugador que se lo piense dos veces, que estudie otras alternativas más allá del fútbol, que aproveche nuestra ayuda y la del trabajador social que le ponemos a su disposición para colgar el uniforme e iniciar una nueva vida haciendo la transición a otra profesión”, explica Ulf Baranowsky del VDV. Así, con la asistencia del sindicato, terminan en el campamento las carreras de muchos jugadores que a lo largo de su recorrido profesional no ganaron demasiado dinero y terminaron sin trabajo.
El campamento de desempleados es para muchos futbolistas la única opción, la última, de regresar a las canchas, así sea a la de los desolados estadios de la provincia alemana y extranjera. “El Bayern Múnich ciertamente no es para estos jugadores un posible nuevo patrón; el club, así como los otros grandes de Alemania, no envían observadores al campamento en busca de refuerzos para sus plantillas. El futuro de los afortunados, los que consiguen que les den un contrato, está en el mejor de los casos en la segunda división de la Bundesliga, y de allí para abajo. La otra opción es decirle adiós al fútbol”, concluye el vocero del sindicato.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Enrique López