El universo del teatro iberoamericano en Heidelberg
15 de febrero de 2017Iberoamérica pisa fuerte en los escenarios alemanes y seguramente dejará huellas en el público. Del 11 al 18 de febrero, el Teatro de Heidelberg acoge una selección de obras de carácter político y social, que exploran los problemas de la democracia y los derechos humanos en América Latina y la Península Ibérica.
Las puestas en escena de Chile, Argentina, Brasil, México, Cuba, Uruguay, Colombia, Perú, Costa Rica y España permiten al espectador descubrir la diversidad, complejidad y profundidad del teatro de una región casi desconocida para los amantes de este arte en Alemania. En opinión de Holger Schultze, director artístico del Teatro y Orquesta Municipal de Heidelberg, "el programa constituye una clara señal de política cultural para fortalecer la actuación y el razonamiento transcultural y transfronterizo."
Festival de carácter político
Carteles y banderas de color rojo desplegadas a lo largo y ancho de la ciudad llaman la atención sobre el evento que actualmente se realiza en el Teatro de Heidelberg. En el vestíbulo, la instalación "Huellas de la memoria", del artista y activista mexicano Alfredo López Casanova, que se exhibe en el marco del festival, subraya su compromiso político.
Zapatos de familiares de desaparecidos cuelgan de hilos de nylon transparente. A la altura de los ojos del espectador, saltan a la vista las suelas desgastadas por los incansables recorridos en busca de sus seres queridos.
"Antígona", una obra polémica
Este martes (14.02.2017), un grupo de jóvenes actores mexicanos en torno al director David Gaitán presentó la obra "Antígona", que traslada el clásico griego a la realidad mexicana de 2017. En entrevista con DW, Gaitán explicó que la puesta en escena pretende obligar a que la conversación sobre política se complejice.
"Convivimos diariamente y virtualmente con un grupo de personas con el que más o menos compartimos ideales, puntos de vista e intereses. Sentíamos que había un riesgo alto de que esa conversación se simplificara, que de pronto acordáramos quién es el villano, quién el héroe y a quién hay que seguir. Lo que busca la obra es polemizar con respecto a lo que es el activismo político y lo que significa gobernar".
La fuerte y compleja propuesta del colectivo mexicano, que el público local pudo seguir gracias a los subtítulos en alemán y varios elementos bilingües, plantea una serie de preguntas cruciales de la humanidad: "¿Acaso el tiempo vale más que la dignidad?", pregunta Antígona a los espectadores defendiendo el activismo político ante la inercia de la sociedad. Y un rey Creonte vestido de traje señala que "no nos conocemos hasta que no hayamos gobernado".
El trabajo social del teatro
¿Qué fuerza tiene el teatro en el siglo XXI para hacerse escuchar y contribuir a un cambio social? "No sé si el teatro puede contribuir a un cambio social de alta magnitud, pero cuando una obra es eficaz logra obligar al espectador a imaginar su postura política desde otro ángulo. Creo que ese es un gran logro, pero el trabajo social del teatro es mucho más hormiga que el de otras artes que son mucho más masivas, como el cine y la música", dice David Gaitán.