El veredicto por el MH17 es también una condena para Putin
18 de noviembre de 2022No puede ser más simbólico: el día en que se dio a conocer el veredicto por el caso del avión de pasajeros de Malaysia Airlines derribado sobre el este de Ucrania, llovieron misiles rusos sobre territorio ucraniano. Otra vez. El 17 de julio de 2014, cuando un misil antiaéreo puso fin alvuelo MH17 que cubría la ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur, dando muerte a 298 personas, el mundo sufrió un shock. Hasta ese momento, muchos no había tomado muy en cuenta la guerra que libraba Rusia contra Ucrania, que se inició con la anexión de Crimea. Se habló de separatistas prorrusos. Moscú negó su implicación.
Un error que no es un atenuante
Ocho años y cuatro meses después, eso ha terminado. Los jueces del tribunal regional de La Haya determinaron que Rusia tenía entonces "pleno control” de la así llamada "República Popular deDonetsk”, también a través de ciudadanos rusos con conexión con el Kremlin que formaban parte de su Gobierno. Dos de ellos fueron declarados culpables en ausencia y condenados a cadena perpetua.
Uno es Igor Guirkin, un exoficial de servicio secreto ruso que se hacía llamar "ministro de Defensa” en la región de Donetsk. El otro, Serguéi Dubinskyj, era su subrogante y había sido oficial del Ejército ruso. También fue encontrado culpable, como ayudante, el ucraniano Leonid Kharchenko.
Según el tribunal, los tres tienen responsabilidad sustancial en que un sistema de defensa antiaérea del tipo Buk haya sido llevado de Rusia a Ucrania y utilizado contra un avión de pasajeros, que fue confundido con un avión ucraniano. Un error que no atenúa la culpa. El cuarto acusado, el ruso Oleg Pulatov, fue absuelto. Según los jueces, no hay pruebas suficientes de su participación.
¿Qué nos deja este gigantesco proceso, iniciado en marzo de 2020? ¿Acaso no ha opacado la brutal invasión rusa de Ucrania el caso del vuelo MH17? A primera vista, podría parecer así.
Experiencia para un futuro tribunal
En realidad, el proceso no ha terminado al dictarse el veredicto. Todavía puede haber otros procesos, porque no se pudo determinar "quién dictó la orden ni por qué”, como dijo el juez que presidió la sala. La cúpula política y militar rusa, a todas luces corresponsable del derribo, no fue acusada en este caso.
Eso cambiará, a más tardar cuando se establezca un futuro tribunal internacional para juzgar los crímenes de guerra cometidos en Ucrania. El Parlamento de los Países Bajos votó en octubre a favor de crear dicho tribunal, que podría ocuparse de lo ocurrido desde la anexión de Crimea en 2014, y podría recurrir a la valiosa experiencia recabada con el caso del vuelo MH17.
Porque, durante años, se desarrollaron arduas investigaciones. Un equipo internacional analizó horas de conversaciones telefónicas, comunicaciones radiales y datos meteorológicos, interrogó a testigos y llevó a cabo complejos experimentos. Nunca había habido un proceso así en la historia de la aviación civil. La Justicia de los Países Bajos merece grandes loas.
El balance principal: las mentiras salen a la luz y hay justicia, aunque haya que aguardar años por ella. El veredicto es un ejemplo y un anticipo de lo que podría esperarle al presidente ruso, Vladimir Putin, y a su cúpula militar, en un tribunal sobre Ucrania: cadena perpetua. Quizás hasta entonces también los ahora condenados sean apresados y puestos tras las rejas.
(ers/ms)