El último adiós a Roa Bastos
30 de abril de 2005
Roa Bastos, considerado un referente de la literatura latinoamericana, falleció el martes a los 87 años en Asunción después de una complicada intervención quirúrgica a la que debió ser sometido tras una caída accidental en su domicilio.
Los restos del escritor fueron trasladados el viernes desde el edificio del antiguo Congreso -convertido en museo- hasta la sala de sepelios donde se llevó a cabo la cremación en una ceremonia íntima a la que asistieron familiares y amigos.
Estudiantes con banderas, flores y pañuelos blancos formaron un extenso cordón para acompañar el silencioso cortejo fúnebre, que fue seguido por decenas de automóviles en la principal avenida de la capital.
Un aplauso que no cesa
Cuando un grupo de cadetes de las Fuerzas Armadas trasladó el féretro al interior del salón, un aplauso incesante se escuchó como último homenaje multitudinario al afamado literato.
Roa Bastos fue el más universal de los escritores paraguayos y un incansable luchador por los derechos humanos durante la dictadura del general Alfredo Stroessner, que gobernó Paraguay durante 35 años.
Su oposición al régimen le costó un prolongado exilio. Vivió en Argentina, donde escribió la mayor parte de su obra, Francia, Italia, Inglaterra y España, país que le concedió la nacionalidad cuando Stroessner lo expulsó del país, retirándole el pasaporte.
El máximo galardón
En 1989, el mismo año en que era derrocado el dictador, el escritor recibió el premio Cervantes, el máximo galardón de la literatura hispanoamericana.
Sus obras más memorables fueron "Hijo de hombre", "El trueno entre las hojas" y "Yo el Supremo", su novela más famosa, publicada en 1974.