La salvación: insolvencia
5 de julio de 2013Este es el caso del club profesional de Aquisgrán, el tradicional Alemannia, que hasta hace un par de años tenía un equipo compitiendo en la Bundesliga, y en la próxima temporada, como resultado de una fuerte crisis financiera, estará la cuarta división. Para encontrar una salida a los problemas económicos que la agobian Alemannia se declaró insolvente, lo que le permite poder trabajar en un plan de supervivencia.
Deutsche Welle conversó al respecto con el vocero del Alemannia, Holger Voskuhl, quien explicó por qué razón las finanzas de varios clubes de fútbol en las categorías inferiores sufren tanto, y sostuvo que la insolvencia es una oportunidad de seguir adelante, y no el fin del camino.
Señor Voskuhl, ¿cómo termina Alemannia en un proceso de insolvencia?
Aún tenemos que buscar los detalles que contesten el porqué. Lo que es un hecho, es que falta dinero para cumplir con las obligaciones. La planeación de los gastos, en especial los que tienen que ver con el estadio Tivoli, se hizo contando con éxitos deportivos, y por ende con ingresos, que no llegaron.
¿Es la quiebra el final de un club como el de Aquisgrán?
Un proceso de insolvencia no es obligatoriamente malo, por el contrario, es una oportunidad, si bien la última, de sanear las finanzas, de librarse de las deudas y de poder planear un futuro que garantice la supervivencia.
¿Así no desaparecen los clubes de fútbol?
Permitir que los clubes de fútbol sobrevivan al final de un proceso de insolvencia es de interés para toda la comunidad. Los acreedores pueden tener que renunciar a una parte de su dinero, pero a largo plazo conservan un buen cliente. En Aquisgrán, por ejemplo, el estadio y el equipo de fútbol se necesitan mutuamente, por eso ambos deben salir de la crisis.
El proceso de insolvencia del Alemannia no es el único en el país. ¿Qué lleva a los clubes a la bancarrota?
Clásicos errores de planeación. Los presupuestos se elaboran sin ajustarse a la realidad, sin tener en cuenta que cuando los resultados deportivos no son exitosos, se capta menos dinero por derechos de televisión, o de los patrocinadores. Los gastos se mantienen a un nivel que no concuerda con los ingresos y al final hay una brecha que deriva en crisis.
¿Casualidad que equipos que estuvieron compitiendo bien arriba en la Bundesliga, como el Duisburg o Alemannia, terminen arruinados?
El descenso de categoría puede convertirse en una trampa cuando no se planea adecuadamente. El principio es simple: hay que aprender a manejarse cuando hay menos dinero.
¿Y ese dinero falta cuando no se hace parte de la Bundesliga?
Es lógico. Los patrocinadores no hacen donaciones, ellos invierten dinero y quieren ver beneficios. Si su nombre ya no es mencionado en la televisión nacional, porque en la segunda y la tercera división la visibilidad es menor, entonces el atractivo decrece, o el aporte ya no es tan grande. Pero el problema verdaderamente grave no es que ingrese menos dinero, sino que los gastos no se ajusten y se reduzcan.
¿Es este un problema exclusivo del fútbol?
Sin tener estadísticas a la mano, mi sensación es que en estos momentos hay varios clubes de fútbol con problemas financieros. Pero en otros deportes como el voleibol y el balonmano la situación también se presenta. Pero no hay que olvidar: la insolvencia ofrece una oportunidad de solución.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Enrique López