Elecciones en Turquía: la economía, no la UE es la prioridad
10 de junio de 2011Las elecciones presidenciales en Turquía tienen lugar, esta vez, en medio del conflicto sirio que amenaza con afectar la seguridad binacional. Miles de ciudadanos sirios están pasando la frontera turca huyendo de la persecución de bandas paramilitares sirias.
Atrás quedó la euforia de hace 6 años cuando la UE incluyó a Turquía como uno de los posibles candidatos a miembros del club europeo. El proceso de inclusión se ha estancado. El conflicto en torno a Chipre ha hecho descartar varios puntos de las negociaciones entre Bruselas y Ankara. Las reformas internas que Turquía debía realizar para clasificar como miembro de la UE también han perdido el dinamismo. Para los electores turcos, la Unión Europea ya no es la prioridad, la economía sí.
A nadie parece interesarle la UE
Así que, a pesar de que tanto el Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, como el de su contendor y opositor, Partido Republicano Popular (CHP), liderado por Kemal Kilicdaroglu, tienen en sus programas el tema UE, nadie tocó a fondo el tema en la campaña.
Los temas que dominaron la etapa preelectoral fueron la economía, la corrupción, la mala gestión en las universidades o la difusión de videos obscenos en You Tube cuyos protagonistas fueron los representantes del partido de ultraderecha MHP, de Devlet Bahceli.
Para Cigdem Nas, experta de la Fundación para Desarrollo Económico, con sede en Estambul, “la falta de perspectivas de la UE” es la razón por la cual los partidos políticos turcos han perdido el interés por el club de los 27. Además, con los problemas internos que Turquía tendría que solucionar para poder ser aceptado en la Unión Europea, “no se ganan votos en el Parlamento”, agrega Nas.
Chipre y prejuicios de ambos lados
La no solucionada cuestión chipriota es, empero la principal razón por la que el proyecto pro-europeo está, prácticamente, en el congelador. Según Nas, la opinión pública ha perdido la confianza en la Unión Europea por la acción de dos personajes: la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Para los turcos de a pie, “París, respaldado por Berlín, ha construido un frente “anti-turco”.
Pero no toda la culpa parece estar del lado occidental de Europa. Ziya Müezzinoglu, directora de la Fundación Turquía-Europa, cree que han sido los prejuicios de parte y parte los que han debilitado la posición turca para una eventual aceptación en la UE. "Mientras en algunos círculos turcos se tiene a la UE como un ‘club de cristianos', en algunos países europeos se utilizan las diferencias religiosas con Turquía como base del debate”, dice Müezzinoglu.
Aparte de la pérdida de brillo de la UE en la campaña para las elecciones legislativas de Turquía, lo que ocupó realmente a los turcos es cómo aprovechar el auge económico que vive el país. Turquía es considerada una “economía emergente” desde hace ya varios años. El último reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica para 2011 el doble del crecimiento logrado en 2010. Según el Reporte Regional Outlook “El crecimiento del Producto Interno Bruto de Turquía (PIB) de Turquía en 2011 será del 7,8%, mientras la media en Europa se calcula en 2,3%”.
¿La hora de las promesas?
En todo caso, “Turquía está preparada para el 2023”, el año en que el país habrá triplicado su capacidad económica. Por lo menos, así reza el lema del primer ministro, Erdogan. No en vano, Erdogan ha ampliado el número de promesas en los últimos meses: nuevos barrios en Estambul; un canal entre el Mar Negro y el Mármara que aliviará el tráfico marítimo en el Bósforo, créditos con muy bajos intereses para inversiones y compra de vivienda, etc.
Y, en efecto, todo pinta bien para el partido de Erdogan. Según encuestas, el AKP alcanzaría el 50% de los votos, con lo que mantendría la mayoría absoluta en el Parlamento. Ningún primer ministro turco tuvo tanto poder como Erdogan en los últimos 60 años. Un primer ministro que ha puesto a los medios de comunicación bajo su control y la parálisis de las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea no ha perjudicado el crecimiento económico.
Erdogan ya dejó claro que le gustaría reformar profundamente el sistema político turco y convertirlo en un sistema presidencial con él mismo a la cabeza. Sería entonces un poderoso gobernante elegido en las urnas, al que prácticamente ningún otro político podría oponerse durante mucho tiempo, al menos mientras continúe la bonanza económica. Por lo pronto, se espera que las elecciones se desarrollen sin contratiempos. Hackers anónimos estarían preparando un masivo ataque contra los computadores oficiales.
Autor: Hülya Köylü /José Ospina-Valencia / dpa
Editor: Enrique López