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Entre el uranio y el azúcar

Enrique López Magallón17 de octubre de 2006

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reunieron en Luxemburgo para tratar temas que van desde la materia prima hasta la nuclear. El encuentro tendrá repercusiones para América Latina.

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El ministro alemán, Steinmeier, durante el encuentro de Luxemburgo.Imagen: AP

El asunto más urgente en la reunión de Luxemburgo fue la posible realización de una segunda prueba nuclear por el gobierno de Corea del Norte. Ante la versión no confirmada de que monitoreos satelitales habían detectado "movimientos sospechosos" cerca de las instalaciones nucleares norcoreanas, la respuesta europea no se hizo esperar. El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que "la tarea más importante de la comunidad internacional consiste en dejar claro a los gobernantes de Corea del Norte que tras la reciente prueba nuclear no debe llevarse a cabo otra"

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Se habló de "movimientos sospechosos" en torno a los misiles norcoreanos.Imagen: AP

A nivel de las instituciones europeas, el tono no fue menos enfático. La Comisaria Europea para Asuntos Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, aseguró que Corea del Norte debe regresar cuanto antes a la mesa de negociaciones acerca de su programa atómico. Al mismo tiempo, respaldó las sanciones decretadas el sábado pasado contra Corea del Norte, por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. "Fue un gesto importante a través del cual la comunidad internacional ha manifestado su posición", afirmó Ferrero-Waldner.

En un comunicado conjunto, los ministros europeos exhortaron a Corea del Norte a abstenerse de realizar otro ensayo, y es más, a firmar el tratado de no proliferación de armas nucleares. Consideraron también que el programa nuclear "acentúa el aislamiento norcoreano, y en ningún modo contribuye a mejorar la situación de miseria que vive la población en ese país". Un segundo ensayo nuclear, dijo Steinmeier, "constituiría una provocación inaceptable".

Una melodía distinta

Los ministros europeos reunidos en Luxemburgo también se ocuparon del caso de Irán. Pero aquí las declaraciones europeas tuvieron matices muy distintos. La delegación europea dejó en claro que desea mantener las puertas abiertas a cualquier posibilidad de negociación con el gobierno de Teherán.

Symbolbild EU, Iran, Atom
En Irán, la cuestión nuclear se entrecruza con el nacionalismo.Imagen: Montage AP/DW

La declaración europea afirma que "ante la negativa de Irán para suspender su programa de enriquecimiento de uranio, la Unión Europea no tiene otra opción" más que apoyar cualquier decisión que adopte el Consejo de Seguridad de la ONU. Las negociaciones entre Irán y la Unión Europea se encuentran estancadas desde hace meses, pese a la insistencia del máximo representante de la Unión Europea en Asuntos Exteriores, Javier Solana. "Esperemos que el gobierno de Irán mantenga la cordura", declaró Steinmeier sobre el caso iraní.

Ayuda al desarrollo

La agenda de Luxemburgo no se agotó allí. Los diplomáticos europeos aprobaron un paquete de 28 mil millones de euros para apoyar a las naciones más necesitadas del mundo. La partida presupuestal para ayuda al desarrollo abarcará los próximos siete años, y contempla una porción de diez mil millones de euros, parte de los cuales se utilizarán en el financiamiento de proyectos en materia alimentaria, educativa y ecológica, así como para apoyar a organizaciones no gubernamentales. También se pretende paliar los efectos negativos que ha tenido en algunos países de África y el Caribe la baja en los precios del azúcar.