"Escándalo insólito" por fusiles de asalto en Alemania
7 de mayo de 2015El escándalo de los fusiles de asalto G36 del Ejército alemán, que serán retirados por fallos de puntería, dio un nuevo giro cuando el Ministerio de Defensa confirmó que la empresa fabricante maniobró para saber qué funcionario filtraba información de la polémica a los medios.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, calificó de "insólito" que el fabricante, la compañía Heckler & Koch, se dirigiera a los servicios secretos militares (MAD) con esta petición.
Además, tachó de "totalmente inaceptable" que el entonces director del departamento de Armamento hiciera suya la demanda del fabricante de fusiles y enviara una carta al responsable de la MAD, que rechazó esa "absurda pretensión".
Según reveló ayer la edición digital del semanario "Der Spiegel", el fabricante de armas solicitó a Defensa que se investigara qué funcionarios estaban filtrando documentos confidenciales a los periodistas sobre los presuntos problemas de los G36.
Asunto político
Von der Leyen, considerada por muchos una potencial sucesora de Angela Merkel, confirmó así el nuevo capítulo de la polémica que salpica desde hace semanas a Defensa, pero no consiguió acallar las críticas.
Los Verdes anunciaron que pedirán la creación de una comisión de investigación parlamentaria, una iniciativa que previsiblemente contará con el respaldo de La Izquierda, el otro partido en la oposición, con lo que contaría con los votos suficientes para salir adelante.
Mientras, la Asociación de Periodistas Alemanes exigió que se investigue a fondo lo ocurrido al considerar que "es un escándalo que un alto funcionario intentara evitar informaciones impopulares con métodos de los servicios secretos".
Heckler & Koch negó las acusaciones y aseguró que "en ningún momento forzó o exigió que se espiara a periodistas", ni trabajó junto al Ministerio de Defensa para evitar las informaciones sobre sus fusiles.
Según explicó, aunque daña su imagen, la polémica en torno a los G36 no pone en riesgo la existencia de la compañía.
La empresa argumentó que los últimos fusiles G36 los recibió el Ejército alemán en 2005 y las reparaciones y piezas de repuesto supusieron el año pasado menos del 2,5 % de la facturación total de la empresa.
La polémica en torno a los G36 comenzó hace semanas, cuando se hizo público un informe del Ministerio de Defensa que revelaba que los fusiles, usados por el Ejército alemán, sufrían fallos de puntería en determinadas condiciones.
Falta de precisión
En situaciones de calor extremo, no inusuales en las regiones en las que están desplegadas las tropas que participan en misiones internacionales, el porcentaje de aciertos pasaba del 90 % exigido al 7 %.
Von der Leyen compareció en el Parlamento poco después de destaparse la controversia y reconoció el problema, asegurando que "el G36, tal y como está hoy construido, no tiene ningún futuro en el Ejército alemán", por lo que se sustituirían las 176.000 unidades que en la actualidad emplea.
La ministra no aclaró si se cambiarán por un nuevo modelo del mismo fusil o si se optará por otro diferente, pero aseguró que el objetivo es sustituir en primer lugar las armas destinadas a las fuerzas especiales y las misiones internacionales.
El escándalo salpica de forma directa al anterior ministro de Defensa, Thomas de Maizière, ya que, según los informes hechos públicos, él tuvo conocimiento de las deficiencias de los fusiles de asalto en la pasada legislatura.
Los fusiles de asalto G36 se exportan a otros países, entre ellos, México. Algunos ejemplares de dichas armas aparecieron en el marco de la investigación por la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa.
EL(efe, Der Spiegel)