España, ante una elección difícil
19 de diciembre de 2015Esta fue la campaña electoral más sucia en la historia de España. Una y otra vez los candidatos de los cuatro partidos más importantes se enzarzaron en ataques personales, distrayendo así de toda discusión sobre las promesas que habían hecho al comienzo de la campaña.
La carrera por el poder sigue aún sin definirse. Cerca del 40 por ciento de los electores españoles todavía no han decidido a quién dar su voto este domingo. El conservador Partido Popular (PP) del presidente, Mariano Rajoy, está a la cabeza en las encuestas, pero, si gana, Rajoy no podrá seguir gobernando sin el apoyo de los diputados de otros partidos. Ahí es donde entran en juego los socialistas del PSOE, quienes, junto con el PP, dominan el escenario político español desde la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975.
Tres jóvenes contra Rajoy
Con el candidato Pedro Sánchez, de 43 años, los socialistas tratan de desplazar a Rajoy del poder. Por otro lado, en los últimos años surgieron nuevas fuerzas en el espectro político. El movimiento de centro-derecha Ciudadanos, así como el de izquierda Podemos son un desafío a los partidos establecidos. El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, de 36 años, promete una dura lucha contra la corrupción. Pablo Iglesias, de Podemos, anuncia mejoras sociales. Sondeos recientes colocan al PP con cerca de un 25 por ciento a la cabeza. Luego le sigue el PSOE, con algo más de un 20 por ciento. Podemos y Ciudadanos están ambos por debajo del 20 por ciento.
El Gobierno de Rajoy se enfrenta a dos grandes problemas desde el inicio de su mandato: una alta tasa de desempleo que continúa en el 22 por ciento, así como escándalos de corrupción que involucran a personas del círculo cercano al presidente del Ejecutivo. Las medidas de austeridad dictadas por la Unión Europea, así como una economía que crece lentamente, tampoco contribuyeron a que el presidente se ganara la simpatía del pueblo.
“Un amplio sector de la sociedad española ha cambiado. La gente pide un cambio, y el Parlamento tendrá que reaccionar a ello”, dijo a DW Jorge Galindo, de politikon.es, una página web independiente formada por investigadores que estudian las cuestiones políticas más candentes de la actualidad en España. Muchos españoles piensan que los partidos tradicionales no están en condiciones de solucionar los problemas que trajo consigo la crisis económica en 2008.
Mentiras, dinero y bancos
Uno de cada dos jóvenes españoles no tiene trabajo. Muchos perdieron su empleo durante la crisis y no volvieron a hallar otro. Los recortes en materia de salud y educación, además, hicieron que muchos españoles vivan hoy peor que antes de la crisis.
“El presidente Rajoy sostiene que la situación económica de España ha mejorado desde que él está en el cargo”, dijo a DW María de Lourdes Calvert García, una enfermera de 34 años, divorciada y con una hija. “Eso tal vez se aplique a él mismo y a los bancos, porque lo que es aquí abajo, el dinero no llegó.”
Durante el único debate televisivo de los candidatos a la presidencia del PP y del PSOE, Pedro Sánchez acusó a Rajoy de “no ser decente”. “Usted miente, miente y miente. Tengo una pregunta para usted: ¿hubo o no rescate en España?", insistió varias veces el socialista. "No, no hubo rescate, se lo estoy explicando, pero no me interrumpa", respondió Rajoy, “hubo rescate para un sistema bancario que estaba por los suelos y que heredamos del Gobierno socialista anterior”.
En junio de 2010, los socios europeos prometieron al Gobierno de Rajoy cerca de 40.000 millones de euros en créditos para salvar a los bancos españoles. “Usted es muy joven. Va a perder estas elecciones”, advirtió Rajoy a Sánchez. Luego de este agresivo debate, el jueves la campaña electoral tocó fondo: durante un acto público, un adolescente le dio un puñetazo en la cara al presidente.
Algunos piensan que hay una especie de pacto secreto entre los socialistas del PSOE, Ciudadanos y Podemos para destronar al PP. Otros creen que habrá una alianza del PP con Ciudadanos. De no ganar, este movimiento podría dar apoyo a Rajoy en el Parlamento y, al mismo tiempo, instar a que se lleven a cabo reformas. “Creo que ya saben lo que quieren”, dice Galindo. “Pero nadie quiere poner las cartas sobre la mesa antes de las elecciones.”