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España: ¿ingreso básico para los más pobres?

13 de abril de 2020

En medio del debate sobre los coronabonos, el gobierno español quiere impulsar medidas financieras de largo plazo para ayudar a quienes menos tienen. La idea no es bien recibida por los economistas.

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Imagen: picture-alliance/NurPhoto/X. Bonilla

Algunos lo vieron venir, otros sentían que tenía que venir: una versión española del "Hartz IV" alemán que otorgue pagos de asistencia social a los desempleados de larga duración.

"Éste no es el mejor momento para ello", dice el economista catalán José María Gay de Liebana. Él entiende que otros países de Europa no quieran mutualizar la deuda a través de préstamos conjuntos, y también comprende las críticas que los Países Bajos realizaron a España, acusando al país de haber malgastado dinero en los últimos diez años.

"Si no empezamos a hacer esfuerzos serios para finalmente reducir nuestra deuda, no haremos progresos como sociedad", dice el experto. El déficit del estado español se encuentra oficialmente en torno al 100 por ciento del PIB, y el país asumió nuevas deudas el año pasado por un total de 33 mil millones de euros. El think tank español Funcas espera una deuda adicional de 100.000 millones de euros este año debido a la crisis del coronavirus.

El debate acerca del "Hartz IV" español lo comenzó el ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien mencionó el tema en una entrevista radial, señalando que los pagos de asistencia social deberían beneficiar solo a quienes han sido severamente afectados por la actual crisis.

Alberto Garzón, el ministro que inició el debate.
Alberto Garzón, el ministro que inició el debate.Imagen: AFP

Economía informal y trabajadores indocumentados

Todos los esfuerzos realizados para reducir las deudas de España han sido en vano, pese a que el país realizó las reformas necesarias mucho mejor que sus vecinos después de la crisis económica mundial del año 2008. Desde entonces, se ha luchado con fuerza contra la corrupción, pero el principal problema sigue ahí: la economía informal. Los propietarios que evaden impuestos, los trabajadores informales y las personas que trabajan por cuenta propia: todos contribuyen a reducir los ingresos fiscales.

Se estima que entre el 20 y el 30 por ciento del PIB no está siendo registrado por las autoridades fiscales. Pero en la actual crisis son precisamente los trabajadores indocumentados sin contrato quienes no pueden aspirar a recibir ayudas estatales porque no pueden comprobar que perdieron su fuente de ingresos. No solo esto: en torno al 15 por ciento de la población está desempleada desde antes de la crisis del coronavirus.

Sí a las ayudas, pero... ¿cómo y a quién?

El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, sorprendentemente ha respaldado la propuesta de un ingreso mínimo. Por su parte, el profesor de Economía madrileño Javier Morillas pidió que, si la idea llega a puerto, lo haga con reglas claras. A su juicio, todas las otras formas de ayuda tendrían que ser cortadas para mantener el gasto administrativo en niveles bajos.

Pero como están las cosas en estos momentos, la medida parece más bien una suerte de versión española de una prestación de desempleo. De acuerdo con reportes de prensa, se planea un pago mensual de unos 440 euros para gastos básicos, lo que hace necesario que el beneficiado siga buscando trabajo, porque no habrá subsidios para vivienda o por niños, como ocurre en Alemania.

"Eso significa que España se está poniendo al día. Países como Francia y Alemania tienen ese apoyo estatal básico para los más pobres desde hace años", dice Miguel Otero, del think tank madrileño Real Instituto Elcano. La ministra del Trabajo española, Yolanda Díaz, calcula que unos 5 millones de los 47 millones de habitantes del país podrían tener derecho a recibir esta ayuda.

España, tarde de nuevo

Lo que molesta a Fernando Fernández, académico de la Escuela de Negocios IE, es el momento en que España intentó conseguir financiamiento europeo. "Es comprensible que no dejemos una buena imagen cuando comenzamos a lanzar medidas de largo plazo en medio de una discusión sobre préstamos de coronavirus a corto plazo", señala.

La crisis será desastrosa para la economía española.
La crisis será desastrosa para la economía española.Imagen: Imago Images/ZUMA Wire/P. Freire

Durante mucho tiempo, España ha sido un país de bajos ingresos, con un salario promedio mensual antes de impuestos de entre 1.500 y 2.000 euros. Pero el costo de la vida no es menor que el de Alemania o Francia. "Para mucha gente, simplemente no alcanza para vivir. El Estado puede aumentar los salarios mínimos, como ya lo hizo Pedro Sánchez. Pero 950 euros mensuales sigue siendo muy poco dinero, y si la economía no se recupera, el Estado tendrá que proveer a las personas que se queden fuera del sistema", opina Otero.

Álvaro Rodríguez, un padre soltero de 47 años y pequeño empresario, se ha visto duramente afectado por las medidas de confinamiento, y apoya las propuestas del gobierno. "Pero tengo la impresión de que muchas personas abusarían", sostiene. Incluso antes de la crisis, Rodríguez apenas llegaba a fin de mes con los ingresos generados con su negocio, una gastroneta. "Me molesto con las personas que conozco que podrían trabajar y no lo hacen. No tolero a la gente que quiere engañar al sistema ni tampoco a los evasores de impuestos".

Falta de dinero

Las cifras dicen que en España se desperdicia mucho dinero y ni las empresas ni los hogares tienen una cultura de ahorro. La prensa estima que el esquema de apoyo social costaría unos 5.500 millones de euros al año, lo que elevaría el déficit en un 0,1 por ciento.

Otero, que conoce bien Alemania y Suiza, no tiene dudas de que España debe ponerse a la altura de esos países respecto a una red de seguridad social básica. "Durante muchos meses no tendremos una llegada normal de turistas al país, que generalmente recibe 84 millones de visitantes foráneos al año. Tendremos suerte si llegan 8 millones este año", sostiene. Eso implica menos movimiento de la economía, más desempleo y mayor gasto para el Estado.

Sergi Martínez, un chef español que por el momento trabaja cocinando para hospitales y asilos de ancianos mientras sus restaurantes en Madrid y Cataluña están cerrados, cree que se vienen días complejos: "Lo que estoy viendo en España en términos de miseria de alguna forma va más allá de lo que vi durante los 15 años que viví en África", asegura. (dzc/cp)

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