España y Portugal piden ayuda a Latinoamérica
17 de noviembre de 2012En el sureña ciudad española de Cádiz se reunió la comunidad iberoamericana, integrada por 22 países, que en esta ocasión tuvo la ausencia de siete líderes latinoamericanos, y la prematura partida del presidente boliviano, Evo Morales, que se fue diciendo que tenía importantes negocios que atender.
Morales reclamó una salida al mar para su país y exhortó al presidente chileno, Sebastián Piñera, a “deponer posiciones conservadoras” y aceptar negociar al respecto. Piñera contestó airado diciendo que "los tratados son para cumplirlos", aludiendo al tratado de 1904 pactado entre Chile y Bolivia.
La cumbre fue inaugurada con un llamado general a que España y Portugal aprovechen la bonanza económica que vive Latinoamérica para estimular su crecimiento. La presidenta de Brasil, Dilma Roussef criticó las políticas de austeridad europeas diciendo que “no se puede crear confianza sólo con sacrificios”. Rousseff dijo que es un error apostar por una acelerada, simultánea y colectiva consolidación fiscal señalando que no es benéfica ni una solución efectiva.
Por su parte, el vicepresidente argentino, Amado Boudou, que llegó en representación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, destacó que la experiencia argentina ha demostrado que las políticas de ajuste son contrarias a la recuperación.
Abiertos a América Latina
“Era necesario poner una atención especial a las políticas de crecimiento económico”, dijo el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, cuyo gobierno impuso severos recortes al gasto público en un afán por reducir su deuda pública.
Los dos países ibéricos, sumidos en una profunda crisis económica, exhortaron a sus ex colonias, ahora pujantes economías emergentes, a intensificar la cooperación comercial y las inversiones con la Unión Europea. “Estamos más abiertos que nunca a América Latina y recibiremos vuestras inversiones con los brazos abiertos”, destacó el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
En 1991 cuando se llevó a cabo la primera Cumbre Iberoamericana, las compañías españolas buscaban oportunidades de inversión, mientras buena parte de los países latinoamericanos luchaban por superar la llamada "década perdida" de los años 80. Pero ahora, 21 años después, mientras que Latinoamérica crece a un ritmo promedio de 3 por ciento al año, las economías de España y Portugal esperan una contracción económica de 1,3 y 3 por ciento, respectivamente, en 2012. La tasa de desempleo en los países latinoamericanos es de 6,5 en promedio; la de España y Portugal se ha disparado a un 25 y 16 por ciento respectivamente.
Nacionalización argentina
La cumbre adoptó medidas para facilitar el acceso de pequeñas y medianas empresas españolas, portuguesas y latinoamericanas a un mercado común de 550 millones de habitantes. Hasta ahora la presencia ibérica se limita prácticamente a España, con grandes empresas como la petrolera Repsol y los bancos Santander y BBVA, presentes con inversiones en Latinoamérica. La cumbre también hizo un llamado a los países a crear una mayor transparencia y seguridad jurídica a la inversión extranjera, mientras que España y Argentina discutieron sobre su diferendo tras la decisión de Buenos Aires de nacionalizar la compañía YPF controlada por la petrolera Repsol.
El comercio del subcontinente con la Unión Europea asciende a unos 202.000 millones de euros anuales, mientras que la UE es el mayor inversionista directo en la región, según explicó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Sin embargo, algunos líderes latinoamericanos, sobre todo de los gobiernos de izquierda, se muestran escépticos ante el repentino entusiasmo de sus ex potencias coloniales por impulsar las relaciones trasatlánticas.
Autor: Eva Usi
Edición: Cristina Papaleo