¿Espían los alemanes en Washington?
31 de octubre de 2013El director del servicio secreto estadounidense, James Clapper, no dudó en salir a la ofensiva. Durante la audiencia en el Congreso de EEUU sobre el espionaje a países aliados, aclaró que no sólo espían ellos. Se mostró convencido de que en Estados Unidos, tanto el servicio secreto como políticos de alto rango también están siendo espiados por sus aliados. También un informe del Washington Post apunta en esa dirección, mencionando a funcionarios estadounidenses que acusan al servicio secreto alemán (BND) de espiar a unos 300 estadounidenses en 2008.
Dicha afirmación, fue rápidamente desmentida: “La embajada alemana en Washington no tiene previsto realizar ninguna aclaración”, dijo Gerhard Schindler, director del BND en una entrevista con el semanario “Die Zeit”. Así lo ve también Erich Schmidt-Eenboom, periodista y experto en servicios secretos. “Las acusaciones de Washington están fuera de lugar”, aclara en una entrevista con DW: “El BND recibe sus ordenes de la Cancillería. Existe un control político que determina sus ámbitos de actuación”. El servicio secreto estadounidense no está dentro de estos ámbitos. Estos son otros sectores: “En primer lugar, la lucha contra el terrorismo internacional. Le siguen la observación de zonas en crisis (Siria), la seguridad militar en las operaciones del ejército (Afganistán) y la lucha contra la criminalidad organizada”. Aunque el BND realice análisis políticos de sus aliados, para ello se basa en fuentes diplomáticas y otros canales como servicios de información. “Incluso si aceptamos que el BND tuviese en el punto de mira a aliados europeos o transatlánticos, eso sería descabellado”, dice el experto.
Espionaje permitido
La misma opinión defiende Christian Ströbele, diputado por Los Verdes en el Bundestag y miembro del grupo de control parlamentario de control de los servicios secretos. Las acusaciones serían acertadas si el BND espiase, investigase y recabase datos en el extranjero, aclara Ströbele a DW. Pero en Alemania, cualquier intervención de vigilancia en el extranjero ha de ser aprobada por el grupo de control parlamentario. Es difícil imaginar que se hayan aprobado acciones para espiar a Estados Unidos. La diferencia entre el NSA y el BND no es solo el tamaño y las competencias. “La diferencia radica en que el Servicio de Información alemán mantiene una línea clara de no espiar a amigos. O por lo menos eso nos ha asegurado”.
Diplomacia en vez de espionaje
En otras regiones, el servicio secreto alemán es más activo, aclara Schmidt-Eenboom: “Por ejemplo, en el caso de Afganistán, Alemania tiene interés en saber lo que pasa con el gobierno de Karsai. Hay intereses de ese tipo en todo el mundo en distintos sectores”.
En este sentido, tampoco se puede decir que los servicios secretos alemanes no tengan interés en Estados Unidos, aclara Ströbele. La información sobre posiciones y estrategias de los aliados tiene gran valor. “Aunque haya una relación amistosa, Alemania y EE.UU. tienen intereses diferentes a la hora de negociar acuerdos comerciales como el del SWIFT. Siempre es bueno saber lo que se cocina en el otro lado”, continúa el diputado. Sin embargo, continúa, el BND no recoge activamente esos datos. El servicio alemán está especialmente comprometido en cuestiones de seguridad, precisa Ströbele. En este momento, sobre todo en Afganistán. El ejército alemán cumple una misión y por eso habría un interés mayor por parte de la diplomacia alemana atendiendo a una regla. “Mientras haya espionaje, estará legitimado hacerlo en esos países”.