¿Qué pasó con los niños sobrevivientes del volcán de Armero?
12 de noviembre de 2021Casi cuatro décadas después de que un volcán arrasara con todo un pueblo en Colombia, algunas familias siguen buscando a sus seres queridos.
Están intentando, sin éxito hasta ahora, encontrar respuestas del Estado colombiano sobre el paradero de decenas de niños que fueron rescatados vivos de la tragedia y que después desaparecieron, en muchos casos, en medio de un proceso caótico de adopción.
El 13 de noviembre de 1985 estalló el volcán Nevado del Ruíz, en el centro del país, que se cobró la vida de más del 80% de la población del municipio de Armero y dejó cientos de niños desaparecidos.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, encargado de la protección de la niñez, contestó el miércoles 10.11.2021 a un derecho de petición, en el marco del aniversario número 36 de la tragedia, afirmando que no cuenta con información sobre los protocolos utilizados por el instituto, ni con las actuaciones desarrolladas para el rescate, tenencia, protección y entrega de los niños que salieron vivos después de la avalancha de lodo que enlutó al país, en la peor tragedia natural que ha vivido Colombia.
Esa respuesta del ICBF al derecho de petición de la Fundación Armando Armero, liderada por Francisco González, quien perdió a su padre y hermano menor en la catástrofe, aumentó la indignación de los familiares que, durante años, se dedican a buscar a sus hijos, sobrinos y hermanos, con la ayuda de González. Él asegura que al menos 137 niños salieron con vida del barro y los escombros.
Esta afirmación se basa en videos aportados por los medios de comunicación de la época, que documentaron los rescates, y en los que se ve a algunos de los socorristas y civiles cargando en brazos a menores de edad vivos para ponerlos a salvo.
Adopciones de niños de Armero
"Tenemos pruebas y registros de adopciones del ICBF, que nos han hecho llegar”, dice Francisco González a DW, refiriéndose a documentos que personas adoptadas le han suministrado desde Colombia y diferentes lugares del mundo, con la esperanza de poder reencontrarse con sus familias biológicas que salieron también con vida de Armero.
Es el caso de Jenifer de la Rosa Martín, de 36 años, quien fue entregada en un puesto de atención de emergencias con una semana de vida tras la tragedia. La socorrista que la atendió, y que ella logró ubicar y contactar años después, le dijo que su propia madre, que se encontraba en muy mal estado de salud después de la avalancha, la entregó a ellos para que la atendieran; pero luego no supieron más de ella.
Este caso retrata la caótica situación que enfrentaron los damnificados de Armero, que luego de la confusión, con prácticamente todo a su alrededor sepultado por la lava y piedras, perdieron el rastro de sus seres queridos.
Jenifer, adoptada por españoles, no pierde la esperanza de encontrar a su madre con vida
"Buscando a mi mamá, encontré a mi hermana”, relata Jenifer con acento español, en entrevista con DW. Fue gracias a una prueba de ADN que le hizo la fundación Armando Armero, y que, gracias a la colaboración de un científico altruista, pueden ofrecerse cada año a los sobrevivientes del volcán. "Pasé de ser hija única, a tener una hermana y dos sobrinas”, concluye Jenifer, alegre.
Su hermana, de 37 años, fue dada en adopción cuando tenía un año en Colombia, y gracias a las redes sociales y al registro de la fundación, Jenifer se dio cuenta que alguien más buscaba con nombre propio a su misma mamá, Dorian Tapasco Téllez.
Fue así que Jenifer se dio cuenta que quizás tenía una hermana viva después de la tragedia de Armero. Cotejaron las pruebas de ADN y efectivamente salió la compatibilidad genética. Jenifer, pese a la felicidad de haber encontrado a su hermana hace a penas tres años, lamenta que la reacción estatal para atender la emergencia de Armero haya sido "negligente y desorganizada", pues la privó de haber podido crecer al lado de su hermana, o quizás de su madre.
Décadas de insistencia ante el ICBF
Por casos documentados como el de Jenifer de la Rosa Martín, Francisco González se niega a creer que el ICBF asegure que no posee información de los procesos y adopciones que llevaron a cabo hace 36 años. "La respuesta de la entidad desconoce las pruebas que tenemos registradas en videos, los testimonios familiares y los documentos de adopción que sí existen”, puntualiza González. Además, cuenta que hay un libro que posee la institución, en el que hay fotos, nombres y descripciones de la situación de los niños que salieron vivos, con el nombre e identificación de la persona a la que les fueron entregados, concluye Francisco.
Como este libro, debe haber muchos otros en otras ciudades como Bogotá, a donde fueron llevados más niños damnificados, de los que hoy, no se sabe absolutamente nada, asegura González, quien lleva años insistiéndole al ICBF que no los deje solos en esta búsqueda y reunificación familiar.
Buscando a Layla Faride Morad Ayala
"En cuanto a la respuesta de Bienestar Familiar, pienso que se lava las manos”, señala, por su parte, en conversación con DW, Carlos Morad Forero, tío de Layla Faride Morad Ayala, refiriéndose a la respuesta de ese organismo a la petición. La familia perdió a Layla en la avalancha cuando la niña tenía dos años de edad, y creyeron verla con vida en uno de los videos aportados por los medios de comunicación. "Los funcionarios de hoy, no son los mismos, por ende, no hay interés en nuestros casos, no consideran el tema después de tantos años”, comenta Carlos, quién, junto a su hermano gemelo, Ricardo, abogado de profesión, siguen luchando por encontrar a su sobrina. Están seguros de que está con vida y, según sus investigaciones, se encontraría viviendo en Florencia, Caquetá, Colombia, adoptada por una familia.
En respuesta a una solicitud de DW, el ICBF aseguró este viernes (12.11.2021) que en 1985, año en el que ocurrió la tragedia de Armero, el hecho desbordó toda la capacidad que el país tenía para responder a una catástrofe natural.
El Instituto afirma, además, en su contestación a este medio, que el Estado no contaba con herramientas tecnológicas para llevar un registro digital de los procesos y que a todos los niños, niñas y adolescentes que llegan a los servicios de protección del ICBF, se les prioriza la garantía de su derecho fundamental a tener una familia, en atención al interés superior de la niñez.
Francisco González y los familiares que buscan a sus seres queridos esperan poder llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que desde allá los escuche el Estado colombiano y emprenda una investigación exhaustiva que les permita saber por fin qué pasó con los niños perdidos de Armero.
(cp)