Esterhazy: “contrapunto para la depresión europea”
11 de octubre de 2004Peter Esterhazy, laureado con el máximo galardón de los libreros alemanes, no es precisamente un autor dedicado a pacificar los espíritus. Más bien todo lo contrario, como se destacó en el discurso laudatorio. Él mismo lo reconoce: “La literatura no es mensajera de la paz. Si fuera mensajera de algo, lo sería de la libertad. Pero la libertad a veces quiere paz, a veces guerra”, indicó el escritor húngaro, con una oratoria cargada de una fina veta satírica. Como él mismo ha dicho, con un guiño, “un escritor no es una persona seria”.
Europa, en el centro de la literatura
Su obra, en la que sobresale su epopeya familiar “Harmonia Celestis” (Armonía celestial) sí lo es. Y le ha valido este premio, dotado con 15 mil euros, que el jurado le confirió “por haber vuelto a situar no sólo a su patria en el centro de Europa, sino también a Europa en el centro de la literatura”. Precisamente a Europa dedicó Esterhazy buena parte de su discurso de agradecimiento. Por ejemplo, demandó que la reflexión sobre el período nacionalsocialista y fascista del viejo continente, al igual que sobre la etapa comunista, sea un “ejercicio obligatorio” para los europeos.
Dieter Schormann, quien encabeza la organización de los libreros alemanes, afirmó que Esterhazy ha sido un enriquecimiento para la literatura europea, puntualizando que su obra lo convierte en un gran mediador entre el este y el oeste del continente. En su opinión, “su valor para reconocer las cosas abiertamente y para describir en un tono poético y desenfadado la tragedia, establece un contrapunto a la depresión europea”.
Méritos no le faltan pues a este autor húngaro para sumarse a la ya larga lista de laureados con el Premio de la Paz de los libreros alemanes. Entre ellos figuran también varias figuras de la literatura hispano-americana, como Ernesto Cardenal, Octavio Paz, Jorge Semprún, y Mario Vargas Llosa.