EU-Turquía: diálogo complicado
13 de junio de 2006Le Figaro, de París, opina: "Nunca antes unas negociaciones de adhesión a la Unión Europea habían sido tan duras ni estado sujetas a tantas condiciones. Desde el rechazo de la Constitución Europea en Francia y Holanda, los 25 toman en cuenta a la opinión pública europea que, sobre todo en el 'viejo mundo', está en contra de la incorporación de Ankara. Pese a la actitud reacia de la población, los gobiernos europeos deben atenerse a los compromisos que adquirieron con Turquía y los países balcánicos mucho antes de los referendos sobre la Constitución europea. Con el primer capítulo de negociaciones, Ankara da un paso en dirección a la Unión Europea".
Instrumentalización de Chipre
Die Presse, de Viena, apunta: "Ahora comienzan las negociaciones oficiales y quedan de manifiesto las dificultades que se buscó la Unión Europea. La situación se complica debido al doble juego de muchos gobiernos europeos: en primer plano respaldan el ingreso de Turquía pero, por detrás, esperan que Ankara desista en algún momento por sí misma. Con este fin se instrumentaliza también el conflicto de Chipre. La república greco-chipriota, que en un referéndum se pronunció contra la reunificación, puede utilizar las negociaciones de adhesión para imponer sus intereses de Estado. Turquía no puede sacar en ese plano mucho provecho. Ciertamente debe reconocer la parte griega de la isla y abrir los puertos a los barcos chipriotas, pero tiene que posponer los propios problemas del norte de Chipre, empobrecido e internacionalmente aislado. De este modo, la solución para el problema de Chipre, para la que el acercamiento de Turquía a la UE debería ser una ayuda, se aleja cada vez más en lugar de acercarse".
El paquete europeo
El Bonner Generalanzeiger, de la antigua capital germanofederal, comenta: "Los ministros de RR.EE. tienen razón. Ankara no puede presionar por entrar a una comunidad sin siquiera reconocer a sus miembros. Aun cuando el gobierno de Turquía quisiera excluir el tema de Chipre del paquete de negociaciones con la Unión Europea, eso no podrá funcionar. En el fondo ya es una gran concesión diplomática la que hace la UE al darse por satisfecha con un reconocimiento indirecto de Chipre, a través de la ratificación del acuerdo aduanero. Porque hay algo que debe quedarle claro a Turquía: la Unión Europea es un todo. No se puede querer negociar con una Unión que no se acepta tal cual es. La UE no podrá aceptar mucho tiempo ese teatro. A fin de cuentas, es Turquía la que quiere ingresar en la UE y no a la inversa".
Cuestión de credibilidad
El periódico Rheinpfalz, de Ludwingshafen, señala: "A todas luces, el gobierno turco está pronto a sellar tratados y decidir reformas, si ello le abre puertas en la Unión Europea. Pero apenas ha logrado la meta de las negociaciones de adhesión, al primer ministro Erdogan parecen dejar de importarle los compromisos adquiridos. La UE no debe aceptarlo. Si ahora no muestra solidez y exige el cumplimiento de los acuerdos, no sólo perderá su credibilidad política. También se convertirá en un desdentado tigre de papel ante los ojos de los duros tácticos turcos y habrá perdido en las próximas negociaciones de adhesión antes de que éstas hallan comenzado realmente."