Eurocopa: fútbol con los nervios de punta
7 de junio de 2016La selección alemana ya se registró en el Hotel Ermitage de la pequeña población francesa Évian-les-Bains, a orillas del Lago Lemán. Los campeones del mundo tendrán allí su cuartel general durante la Eurocopa, en donde el ambiente será muy diferente al apacible y relajado que caracterizó su último gran torneo internacional, el de Brasil 2014.
En la Eurocopa 2016 los costos de seguridad para la selección alemana se sextuplicaron con respecto a los del Mundial de hace dos años. Y es que los atentados terroristas del pasado mes de noviembre en París, ocurridos cuando se jugaba un partido amistoso entre las selecciones de Alemania y Francia, han obligado al organizador del evento, y a los equipos participantes, a reforzar las medidas para garantizar el bienestar de futbolistas y aficionados.
Despliegue sin precedentes
Los alemanes, por ejemplo, contarán para su protección en su cuartel general con un agente de seguridad por cada cinco personas de la comitiva conformada por jugadores, cuerpo técnico y directivos. Además, al igual que todas las otras 24 selecciones participantes en la Eurocopa, tendrán a su servicio una brigada elite antiterrorista de mínimo 10 personas entre las cuales hay un grupo ocho comandos del país del equipo, al que se suman dos policías franceses que oficiarán como enlace con las autoridades locales.
En total se estima el despliegue de fuerzas de seguridad en aproximadamente 100.000 efectivos. Aproximadamente 75.000 de ellos son miembros de la policía y el ejército francés, otros 13.000 son apoyos contratados en el sector privado por la UEFA, y el resto llega de los países que compiten en el torneo.
Los controles, en esta ocasión, se extenderán más allá de las canchas en las que se disputarán los partidos de la Eurocopa. Adicionalmente a los acostumbradas registros al ingresar a los estadios, y a las patrullas y observaciones de vigilancia de lo que ocurra en las tribunas, habrá también severas medidas lejos de los templos del fútbol.
Los anillos de seguridad alrededor de los sitios de concentración, hospedaje y entrenamientos de las selecciones serán mucho más amplios que en cualquier otro torneo del pasado. Además, para evitar el riesgo de que se repitan los funestos hechos de noviembre del 2015, cuando algunos de los autores de los atentados llegaron del extranjero, se fortalecerán los controles fronterizos. Para proteger de la mejor manera posible a los 2,5 millones de espectadores de los 51 partidos de fútbol, el gobierno francés extendió el estado de excepción hasta el final de la Eurocopa.
Los riesgos son innegables
Pese a lo detallado de los dispositivos de seguridad, en la Eurocopa los peligros estarán allí de principio a fin. Michael Cadot, prefecto de la policía de París, señaló puntualmente el que más le preocupa a su departamente: “a mí no me gustan las fiestas de los aficionados en los paseos públicos, allí los riesgos son enormes y muy difíciles de controlar”, dijo. El presidente francés, François Hollande, es consciente de esta complicada situación, aunque confesó que él mismo decidió mantenerlos “pese a las agitadas discusiones a su alrededor”, porque será allí donde “se viva la fiesta europea”.
En Alemania, entretanto, el exjefe de seguridad del Mundial 2006, Helmut Spahn, calificó como “negligente” la organización de la Eurocopa 2016. En opinión del experto, Francia no ha estimado la importancia de la ayuda y el apoyo de los organismos de seguridad de otros países. “Los franceses se consideran una gran nación y creen que tienen todo bajo control sin necesidad de consejos. Esa mentalidad conlleva el no querer escuchar lo que los demás tienen para decir, lo que sucede internacionalmente no les interesa”, sostuvo Spahn en entrevista con el periódico Frankfurter Allgemeinen Sonntagszeitung.
Los principales organismo de seguridad del Estado alemán, entre ellos el Ministerio del Interior y la Oficina Federal de Investigación Criminal, han reconocido estar conduciendo una permanentemente evaluación de los riesgos, aunque hasta ahora no tienen motivos para sospechar de que los terroristas estén planeando atentados concretos. Aún así, en Francia 2016 se vivirá el fútbol con los nervios de punta.