Europa no descarta sanciones contra Sudán
26 de julio de 2004La Unión Europea está endureciendo el tono de sus advertencias a las autoridades de Sudán. Los ministros de Relaciones exteriores de la UE, que abordaron el tema en una reunión en Bruselas, dejaron en claro que están a favor de que se apliquen sanciones, si el gobierno sudanés no cumple lo acordado con la ONU: desarmar a las milicias árabes, restablecer la seguridad en la región de Darfur y juzgar a los responsables de los saqueos y la violencia.
Catástrofe humanitaria
El conflicto de Darfur ha provocado, según la ONU, la peor crisis humanitaria que se registra actualmente a nivel mundial. Entre 30 mil y 50 mil personas han perdido la vida desde que se desató la violencia, en febrero del año pasado. Más de un millón de fugitivos padecen la miseria más absoluta, agravada ahora por el comienzo de la temporada de lluvias. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, afirmó al cabo de la reunión con sus homólogos europeos que ahora el gobierno sudanés tiene la responsabilidad y hay que tomarle la palabra. Advirtió también que no queda mucho tiempo, en vista de la catástrofe humanitaria.
La Unión Europea está preocupada porque, aun cuando hay leves signos de una mejora de la situación, no existen indicios de que el gobierno de Jartum esté desarmando efectivamente a las milicias árabes. De hecho, se han recibido inquietantes reportes de que el ejército oficial está dando cabida a milicianos. "Pese a las aseveraciones gubernamentales sudanesas, siguen llegando informes de masivos atropellos de los derechos humanos (...) incluyendo violaciones de mujeres", indicaron los ministros de la UE, que exhortaron perentoriamente a ponerles fin y a garantizar a las organizaciones asistenciales un acceso seguro a los lugares donde se encuentran los desplazados.
Trasfondo político
Los europeos coincidieron también en que el foro apropiado para establecer plazos y amenazar con la aplicación de sanciones es el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pero el asunto no es tan sencillo, porque la adopción de medidas concretas contra Sudán se topa allí con la resistencia de China y Rusia. Desde el punto de vista político, la crisis de Darfur tiene también un aspecto especialmente delicado: el presidente Sudanés, Omar el Baschir, ya ha calificado las presiones sobre su gobierno de "campaña internacional" con el objetivo de evitar la propagación del Islam en el país.
De hecho, según defensores de derechos humanos, fue el propio gobierno central el que armó a los milicianos árabes, para sofocar el levantamiento de grupos rebeldes locales, que se alzaron reclamando el fin de la postergación en que se halla la población negra de la región. Observadores consideran iluso pensar que las milicias permitirán que se las despoje sin más de sus armas, como demanda la comunidad internacional. No obstante, a última hora parece abrirse un resquicio a la esperanza: el gobierno de Jartum enmendó este lunes su actitud y afirmó estar dispuesto a tratar de resolver la crisis de Darfur con respaldo internacional.