Europa: se buscan bebés
11 de enero de 2009Todos los países europeos tienen tasas de natalidad demasiado bajas para poder mantener el actual nivel de población, según se desprende de un análisis dado a conocer hoy por el Instituto Max-Planck de Investigación Demográfica en la ciudad alemana de Rostock.
Según ese estudio, semejante evolución demográfica está en estrecha relación con el cambio en las políticas familiares y la dominancia de valores seculares y más tolerantes.
Más niños en el norte
Revela también que el porcentaje de nacimientos es mayor en las regiones norte y oeste que en el resto del continente. Así, sólo Francia, Gran Bretaña, Irlanda y los países nórdicos, con niveles de natalidad de entre 1,8 y 2 hijos, se acercan al denominado "nivel de reemplazo", de 2,1 niños por mujer.
Las naciones de habla alemana y los demás países del centro, este y sur de Europa registran índices de natalidad muy inferiores, de entre 1,3 y 1,5 nacimientos, se agrega en el análisis.
Según los investigadores, la caída de la natalidad se debe entre otros a que hoy en día se espera más tiempo hasta formar una familia, porque en muchos casos se prolonga la fase de formación o se sufre precariedad laboral.
Cambio cultural
"En los países nórdicos, donde la infraestructura para el cuidado de los menores está muy bien desarrollada y donde los hombres asumen con mayor frecuencia que en otras partes de Europa la educación de los niños y las tareas del hogar, la decisión de tener hijos es más fácil", destacan los investigadores en el estudio, publicado en una edición especial de la revista Demographic Research.
En el análisis del instituto de Rostock se recuerda también que el cambio cultural que se produjo en el norte y oeste de Europa en los años 60 y 70 tuvo como resultado una marcada caída de la natalidad.
Sin embargo esa tendencia ha dado la vuelta y la "inicialmente negativa relación entre el cambio cultural y de valores con los índices de natalidad adquiere ahora un giro positivo", se expone en la revista.
El análisis hace hincapié por otra parte en que la inmigración desde terceros países ha permitido una subida em los índices de natalidad de casi todos los países de Europa. Así, en ocho países seleccionados (España, Holanda, Reino Unido, Portugal, Austria, Italia, Francia y Alemania) se detectó que entre 1997 y 2006, las inmigrantes subieron esos índices entre un 3 y un 8 por ciento.