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Europa sigue sin número de teléfono

25 de abril de 2003

La reforma de la Unión Europea se está convirtiendo en una verdadera batalla entre los que apoyan estructuras centralizadas y los que pretenden defender los derechos de los miembros ‘pequeños´.

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Romano Prodi y Valery Giscard D´Estaing no se entienden tan bien en estos días.Imagen: AP

Hace treinta años Henry Kissinger, preguntado por un periodista por la opinión de la Unión Europea, respondió sarcásticamente: "Yo hablaría con Europa, pero nadie me dice qué número de teléfono hay que marcar".

Las cosas no parecen haber cambiado demasiado desde ese entonces. ¿A quién llamaría el ex secretario de Estado norteamericano hoy para consultar asuntos internacionales? ¿Llamaría al Comisario de Relaciones Exteriores Chris Patten, al Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, o al Gobierno griego por ocupar en estos momentos la presidencia de la Unión Europea?

Para la mayoría de los estadounidenses, y no sólo para ellos, Europa sigue siendo una nebulosa etiqueta geográfica, en lugar de una significativa entidad política. La reforma de las instituciones europeas, haciéndolas más eficaces y transparentes, es precisamente el objetivo de la Convención dirigida por el ex presidente francés Valery Giscard D´Estaing.

Pollo desplumado

Con sus propuestas sobre el futuro de Europa presentadas el miércoles de esta semana, Giscard logró poner en su contra a las dos principales instituciones de la UE, la Comisión y el Parlamento. Las iniciativas unilaterales de Giscard no contaron siquiera con el beneplácito de los 12 miembros de la Convención que él dirige. "Autoritario, propuestas autistas, puro nacionalismo" fueron algunos de los comentarios.

El presidium necesitó horas para elaborar un nuevo documento para reunir el apoyo general de sus miembros, salvo en cuestiones específicas. Según el eurodiputado y miembro del presidium Klaus Hänsch, en el texto definitivo que se presentó este jueves "queda muy poco del original. Es uno de los raros casos en las que un pollo desplumado tiene mejor pinta que con todas sus plumas".

Fortalecer las instituciones

Para el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fisher, "es necesario que las tres instituciones comunitarias avancen a la vez". Fischer se mostró de acuerdo con las propuestas como la eliminación de las presidencias rotatorias y del número de Comisarios y propuso que en un futuro el presidente del Consejo Europeo sea elegido conjuntamente por el Parlamento, la Comisión y los Estados.

Algunas de las propuestas más novedosas presentadas hoy por el presidium, y que serán debatidas en el pleno de la Convención previsto para el 15 y 16 de mayo, siguen siendo interesantes, aunque sólo se trate de un "pollo desplumado": Habrá un presidente de la UE, con mandato de dos años y medio, habrá un ministro de Exteriores como voz de Europa en el mundo, y el Parlamento Europeo estará formado por 700 miembros, con un mínimo de cuatro escaños por país y nombrará al presidente de la Comisión Europea.

Además, la Convención propone que en la UE se apueste por las decisiones por 'mayoría cualificada', es decir, una mayoría de Estados miembros que represente al menos a las tres quintos partes de la población de la UE. Finalmente, la Comisión Europea estará formada por el presidente, el ministro de Exteriores y un número reducido de 13 comisarios.

Con un poco de suerte no habrá que esperar otros treinta años más hasta que Europa tenga un número de teléfono.