Evo Morales asegura que, si gana, será su último período
9 de octubre de 2019El presidente Evo Morales gobierna desde el año 2006 en Bolivia. Todo un récord en un país que antaño se vio marcado por la inestabilidad política. Ahora aspira a una nueva reelección, en medio de una agria polémica política. DW lo acompañó durante 48 horas y, entre aviones, helicópteros, caravanas y oficinas, conversó con él sobre su proyecto político y también sobre los problemas del momento.
¿Qué pasa con los incendios en la Chiquitanía?
La derecha quiere hacer negocio político con la Chiquitanía. Cíclicamente ha habido incendios, peores incendios.
La oposición dice que usted los atiza...
En Tarija comenzó el incendio provocado. Y yo mandé el (avión) Supertanker a apagarlo. Lo logramos y fue una fiesta total. Y otra vez volvieron a incendiar. Las autoridades de Tarija no querían que mandara el avión porque me estaba ayudando políticamente. Imagínate la mezquindad de la derecha...
El 21 de febrero de 2016, un 51% de la población votó en contra de modificar la Constitución para que se habilite la reelección indefinida y usted pudiera volver a presentarse. Sin embargo, luego de un fallo de Tribunal Supremo Electoral, usted será candidato nuevamente. La oposición argumenta que su mandato sería ilegítimo y hay gente juntando firmas para que no se presente...
No hay tiempo para eso, las elecciones son en dos semanas. ¿Para qué era el referéndum? Para modificar la Constitución. Como no ganamos, no se modifica la Constitución. Pero otra parte de la Constitución establece que las normas internacionales están por encima de ella. Ahí viene la interpretación de Tribunal Constitucional. Y no es novedad para América Latina ni para el mundo: Costa Rica, Honduras ya aplicaron esa figura. Tiene jurisprudencia internacional. ¿Qué argumento puede haber?
La oposición se apoya en el referéndum en el que ganó el ‘no'...
Desde el momento en que participan en las elecciones reconocen que soy candidato. Si fuera ilegal o inconstitucional mi candidatura, no participarían.
Entrevisté al candidato opositor Carlos Mesa y él argumenta que participa porque no le va a regalar la elección.
Sabíamos que era un sumiso ante el imperio, pero es un mentiroso ante el pueblo ¿Qué moral, qué ética, de qué transparencia puede hablar Mesa? Casi seguro se va a escapar, no va a hacer ninguna oposición. Estoy seguro que está arrepentido de haber aceptado la candidatura de la embajada de Estados Unidos. La verdadera oposición va a ser (Óscar) Ortiz.
¿No es buena la alternancia?
Que se presenten. Si mi política económica está mal, otro ganará automáticamente. Nunca hubo estabilidad política. Cinco años antes de que llegara yo hubo cinco presidentes. Cada año un presidente. En aquellos tiempos era como una competencia de los movimientos sociales de Argentina, Bolivia y Ecuador a ver quién sacaba más presidentes. Porque el modelo económico no respondía al pueblo. Ahora alguien como yo -que no tiene formación académica- va a cumplir 14 años en el poder. Y si ganamos, casi 20 años. Esto pasa porque el programa es del pueblo y no del imperio.
¿No teme que el personalismo afecte al futuro de su movimiento político?
Ayer en la mañana me llamaron ‘el hombre más poderoso de Bolivia'. Me he enojado, no acepto ese término, no lo comparto para nada. Sí soy un factor de unidad, hay que cuidar ese equilibrio: entre profesionales y no profesionales, entre oriente y occidente, entre derecha e izquierda, e incluso dentro de nuestro movimiento político. Podría haber resentidos, algunos que no estén convencidos. Pero si el movimiento no claudica en su posición antiimperialista, anticolonialista y antineoliberal, el proceso siempre va a continuar.
Si gana, ¿será su último período?
No llegué a la zona del Trópico de Cochabamba para ser dirigente y me tocó serlo. Luego me tocó ser presidente. Presté servicio. Quiero que entiendan que la política es la ciencia del servicio. Esfuerzo, compromiso y sacrificio por el pueblo. Por los más humildes. En ese marco, complacido digo cinco años más, con un poquito más de experiencia de gestión.
Pero no dice si será o no el último período...
Es mi última gestión, quiero decirle de manera muy sincera, satisfecho. No es sencillo ser presidente...
En la ciudad hay pintadas que dicen "Mesa=Macri”. ¿Cree que si gana la oposición el país puede entrar en una crisis política y económica similar a la argentina?
Mesa va a volver a ser sumiso del Banco Mundial (BM) y del FMI, por lo tanto de Estados Unidos. No se trata de ‘argentinizar' nada. Si se somete ahí, automáticamente llega el mandato neoliberal. Además, plantea en su programa ‘racionalización y reestructuración de la inversión pública'. En otras palabras, ajuste estructural: es el mensaje de los organismos internacionales.
La oposición argumenta que si usted gana, Bolivia se podría venezolanizar. ¿Habla con el presidente Nicolás Maduro? ¿Qué lo preocupa?
Sí, hablamos. Seamos sinceros: Maduro derrotó a la agresión norteamericana y de la derecha latinoamericana. Como en tiempos de la colonia o la monarquía, desde afuera quieren nombrar un presidente, es una vergüenza. Hablé con (Iván) Duque de Colombia, con (Emmanuel) Macron, con el rey de España, con (Mariano) Rajoy del tema. Un golpe, una intervención, significaría otra lucha armada. Conozco un poco a los bolivarianos, a los chavistas, a los militares: se van a enfrentar. Hay que buscar el diálogo.
Y en términos generales, ¿cómo analiza la situación en Venezuela?
Últimamente no he visitado Venezuela. Me dicen que hay alimentos y medicamentos, pero carísimos. Antes no había nada. Imagino que las subvenciones le están costando bastante a Maduro. Derrotaron la agresión política, ahora la pregunta es cómo derrotar la agresión económica. En cuanto lo logren, sigo pensando que va a ser un modelo de país. Tiene tantos recursos naturales... Una vez escuché una charla entre Lula (Da Silva) y (Hugo) Chávez: "hermano, produce”, le decía Lula. El error es depender mucho del petróleo. Y sobre eso, el bloqueo económico...
En su gestión, usted tuvo primero un triunfo político y después logró cierto desarrollo económico. La pregunta ahora es si Maduro tiene margen como para encarnar un nuevo proyecto económico...
Si ha derrotado el intervencionismo y el golpismo, resolviendo el problema económico está consolidada la revolución bolivariana. No sé si tiene otro proyecto, no conozco muy bien. Aquí se trata de cómo ganar la batalla económica.
En octubre hay tres elecciones en la región: Bolivia, Argentina y Uruguay. ¿Qué escenario analiza?
Si bien los gobiernos progresistas o de izquierda retrocedieron en algunos países, ahora siento que sus pueblos están arrepentidos. Y tengo mucha esperanza de que en cualquier momento las fuerzas sociales van a identificar a los enemigos internos y externos para que nuevamente América Latina salga con fuerza a defender nuestra independencia y nuestra soberanía, y especialmente la dignidad y la identidad de los pueblos.
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