“El patriarcado no se puede entender sin el colonialismo”
15 de febrero de 2021Aura Cumes Simón nació y creció en Chimaltenango, en la región central de Guatemala. Pertenece al pueblo maya kaqchikel.
Como mujer y como indígena sabe largamente, y por experiencia propia, de discriminación y segregación.
"Desde muy pequeña fui confrontada con un terrible racismo, -no hay manera de no vivirlo- y también con la dominación sobre las mujeres”, dice en diálogo con DW.
"Es una situación que me atraviesa desde que nací, en un contexto racista colonial, de tremendo machismo patriarcal”, explica.
Pero su historia es la de seguir adelante pese a todo.
"Yo nunca acepté ni normalicé esa situación”, cuenta. Más aún: transformó sus experiencias de vida en objeto de estudio. Se dedicó a analizar las formas de dominación capitalista, colonial y patriarcal.
Hoy es académica: antropóloga, máster en Ciencias Sociales, y diplomada en Estudios de Género y Feminismo.
Y entonces, lo que a ella y a su comunidad le tocó atravesar, es capaz de leerlo en clave de sistemas de dominación hegemónicos.
"En los países latinoamericanos el patriarcado no se puede entender sin el colonialismo. Tampoco el colonialismo sin el patriarcado”, sentencia.
Así, verlos, nombrarlos y hasta intentar combatir cualquiera de estos sistemas por separado, no es más que una "segregación comprensiva artificial de la realidad”, entiende la antropóloga y activista maya.
"Los sistemas de dominación actúan de manera interconectada, y cuando lo hacen, su forma de operar es mucho más densa, nociva y perversa”, asegura.
Ejemplos le sobran, pero elige uno: "Yo estudié para ser secretaria, y cuando me gradué, fui a buscar trabajo a un banco. Allí se rieron de mí y me dijeron que no estaban buscando una sirvienta”, rememora Cumes Simón. "Esa experiencia marco mi existencia”, asegura.
Y analiza: "Ese es el lugar que el sistema colonial y patriarcal le deja a las mujeres indígenas en toda Latinoamérica: el de la servidumbre”.
Multiplicidad de obstáculos
Así las cosas, los obstáculos y desafíos que se le presentan a las mujeres indígenas son muchos y de variado tipo: simbólico, histórico, de poder y material.
En este sentido, en México, por caso, casi todos las y los indígenas son pobres. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 7 de cada 10 indígenas son pobres. Y 3 de cada 10, se encuentran en la indigencia.
Por lo cual, uno de los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres indígenas es sencillamente el hambre.
María Mercedes Olivera Bustamante, pionera en la antropología feminista de México, explica que esa pobreza se vuelve parte de la subordinación de género, de clase y de etnia, por lo que no se puede separar de esa problemática.
Feminismo indígena
Y es justamente esta situación la que llevó a muchas mujeres a defender sus derechos combinando sus identidades de género y de etnia, y a dar lugar así a lo que muchos consideran el alumbramiento del feminismo indígena.
Ahora bien: ¿existe un feminismo indígena?
El consenso indica que no es solo uno: "No hay un solo pensamiento feminista indígena. Hay diferentes posiciones y planteamientos en función de la experiencia personal de cada mujer indígena”, sostiene Olivera Bustamante, lúcida y dispuesta al diálogo, a sus 86 años.
"Las mujeres indígenas están involucradas en las múltiples expresiones de los feminismos, pero principalmente aquellos feminismos que no solo se dedican a analizar el patriarcado como si fuera un patrón de dominación que no se conecta con nada más”, indica, en tanto, Cumes Simón.
"La prioridad de las mujeres indígenas es analizar la manera en que se conjuntan el patriarcado y el colonialismo, el machismo y el racismo, y todo eso, con el capitalismo, para entender por qué tenemos el lugar que tenemos”, completa la activista maya.
Se trata, sobre todo, de que sean las mujeres indígenas las que hablen por ellas, por sus necesidades, por sus prioridades, según su existencia y su cosmovisión.
Así, en palabras de la académica mexicana: "Tenemos que reconocer y valorar su especificidad como mujeres indígenas”.
No en vano, muchas integrantes de los pueblos originarios tienen una relación más bien de recelo con el feminismo. O por lo pronto, con el "feminismo occidental, blanco y eurocéntrico”, según define Cumes Simón.
"Tengo fuertes críticas a ese feminismo que no se quiere dar cuenta de que expande formas de colonialismo, que piensa que, sin ese feminismo, las mujeres indígenas no seríamos nada”, asevera la antropóloga guatemalteca.
"Existen prejuicios respecto al feminismo indígena, sobre todo desde la visión no indígena”, afirma, en tanto, a DW la académica mexicana.
Para Cumes Simón incluso, los prejuicios van aun más allá: "La expresión más absurda del pensamiento colonial patriarcal, es la idea de que los hombres indígenas son más capaces de ser machistas que los hombres blancos”, se indigna.
"Es el prejuicio colonial lo que ha expandido esa creencia”, completa.
"Un hombre indígena y un hombre blanco tienen la misma probabilidad de un ejercicio patriarcal”, asegura.
(cp)