Festival de Bayreuth: adiós al escándalo, bienvenido el futuro
26 de julio de 2012La obra de Richard Wagner no sólo ofrece complejas estructuras tonales y grandilocuentes pasajes épicos, sino también momentos calmos, tiernos. Al menos, así lo demostró la actual producción de “El holandés errante”.
El director de orquesta, Christian Thielemann –que ha dirigido ya unas 100 presentaciones en Bayreuth-, varía el tempo, destaca zonas de la música generalmente ocultas en la composición sinfónica y se deja llevar por impulsos espontáneos durante la interpretación. Para los conocedores de Wagner es una versión refrescante, aunque el coro y la orquesta se desencuentren de vez en cuando.
Mar digital y fábrica de ventiladores
"El holandés errante" se basa en un antiguo cuento noruego: Un capitán de barco queda condenado a errar eternamente con su buque fantasma por todos los mares del mundo, a no ser que una fiel amante lo salve de su suerte. En la interpretación de Glogers, la historia se convierte en una parábola de nuestros tiempos modernos. El mar muta en una planta industrial con pantallas digitales por doquier.
En la interpretación destacan el coreano Samuel Youn, que asumió a última hora el rol protagónico, la soprano canadiense Adrianne Pieczonka, como Senta, y el tenor alemán Michael König, como Erik. El salón de tejer de Senta se transforma en una moderna fábrica de ventiladores.
Es “amor a primera vista“. El capitán fantasma y Senta están cansados de la comercialización de la vida. Están hechos el uno para el otro. Pero su relación está condenada al fracaso. Ella, por amor, se lanza a la muerte por un despeñadero. Y la pareja que se abraza se convierte en el ícono de un nuevo producto industrial: la pequeña figura del pastel de bodas o la lámpara de la mesa de noche. No queda claro, pero tampoco parece importante. En definitiva, la representación llega a ser superficial y simplista, reiterativa. Son evidentes los vacíos dramatúrgicos. La escenografía de Christof Hetzer, monótona.
La sombra del pasado… y el futuro
Más interesante que este estreno fue, en consecuencia, la conferencia de prensa que le precedió. Todos los ojos y oídos estuvieron atentos al caso de Evgeny Nikitin, la comidilla de los medios esta semana: el cantante ruso –que debía interpretar el rol protagónico- tuvo que abandonar la producción tras conocerse que hace pocos años había lucido en el pecho un tatuaje semejante a una esvástica.
Las directoras del festival, Eva Wagner-Pasquier y su medio hermana, Katharina Wagner, se vieron confrontadas con un debate que se extendió al pasado nazi del festival. Katharina negó las especulaciones de que se hayan ocultado documentos importantes para reconstruir la historia del evento durante el Tercer Reich.
“Hemos dado ya a los historiadores todo lo que nos pertenecía, incluidas las actas de nuestro padre”. Sin embargo, aclaró, las hermanas no pueden disponer de los objetos que están en poder de otros herederos de la familia, que han negado el acceso a documentos importantes.
Pero no sólo se habló del pasado en Bayreuth, sino también del futuro. Las plazas para el festival están ya cubiertas hasta el 2020. Para la celebración del bicentenario de Richard Wagner, el próximo año, se anunció una nueva representación de “El anillo de los nibelungos” y un concierto de aniversario. Además, en 2013, el festival se extenderá a los medios con la transmisión en vivo de su inauguración a través de la televisión y el cine.
Autor: Rick Fulker / RML
Editor: Enrique López Magallón