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Fotografía en tiempo de crisis

Autor de la entrevista: Pascal Pfitzenmaier13 de abril de 2005

La Casa de la Fotografía abre sus puertas en Hamburgo. F.C. Gundlach, director del centro y coleccionista, habla con DW-WORLD sobre el pasado y el futuro de la fotografía.

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Se inaugura en Hamburgo el mayor centro fotográfico de Alemania.Imagen: Deichtorhallen Hamburg

DW-WORLD: Sr. Gundlach, su carrera ha sido variada lo largo de su vida: como fotógrafo, coleccionista y empresario. Hoy es usted el director de la Casa de la Fotografía de Hamburgo.¿En que medida se ha apartado de su profesión como fotógrafo de moda?

F.C. Gundlach: En realidad no mucho. En principio todo ha quedado en la fotografía. Quizás tenga que definir el concepto de moda como yo lo conozco. Eso significa que nuestra vida esta marcada por muchas expresiones de la moda como la mímica, los gestos o como nos movemos. Y siempre tuve curiosidad por sacar otros aspectos de la fotografía y hacerlos realidad.

¿Cómo se convirtió en los años cincuenta en fotógrafo de modas?

Más o menos por casualidad. Asistí a una escuela de fotografía y después me convertí en asistente. Durante largo tiempo viví en parís. En los años cincuenta, París era una de las ciudades más importantes de Europa en lo que se refiere al arte. Eso me influyó mucho. En aquel entonces hice mi primer reportaje fotográfico. Los años 50 ya son tiempos lejanos y ahora es difícil imaginárselos. En Alemania había unas 20 revistas ilustradas como el Quick y el Stern. Necesitaban material fotográfico. Así me convertí en autónomo tras mi época de asistente.

A finales de los 50, Berlín floreció como ciudad de la moda hasta la construcción del muro. ¿Cómo se pudo desarrollar una escena como ésta entre las ruinas de Berlín?

Es una larga tradición. Berlín contaba al lado de París entre las ciudades de la moda en Europa. Esto tiene un trasfondo histórico: durante el siglo XIX hubo un gran éxodo de judíos de Polonia y Galicia. Muchos llegaron a Prusia y Berlín. Al principio, se les permitió ejercer el comercio ambulante. Así se comenzaron a dedicar al comercio textil. Más tarde comenzaron a coser y así surgió una estructura que incluso hoy es considerada otra vez moderna: una pequeña empresa familiar con 30 o 40 trabajadores que realizaban un trabajo artesanal de alto nivel. Los diseñadores y creadores hacían bocetos y encargaban la costura a los talleres. Esta estructura se mantuvo durante la guerra. El centro costurero de Berlín era la plaza de Hausvogteiplatz en el este de la ciudad. Las casas de modas se establecieron en torno a Kurfürstendamm. Mandaban coser sus modelos en el este donde era más barato. Así crecieron rápidamente.

¿Fue la moda una reacción a la destrucción? Berlín todavía estaba en ruinas.

No, eran mundos distintos. No me gusta que los años cincuenta se califiquen como anos oscuros y negativos. Claro que había ruinas pero la gente estaba poseída por el impulso de comenzar una nueva vida en libertad. Así se desarrollaron rápidamente distintas profesiones y posibilidades, en especial la moda en Berlín.

¿En qué medida depende la moda de la fotografía?

Las modas sólo son modas si salen a la luz pública. Para eso necesitan imágenes. En los cincuenta fuimos a Paris para fotografiar colecciones. Eran pocas casas de moda. Presentaciones como las de Dior eran casi negociaciones sagradas. Había que acreditarse. Estaba prohibido dibujar y fotografiar. La publicidad se lograba con las colecciones y sus publicaciones dos veces al año. Ahora ha cambiado todo. Hoy las presentaciones ya no son en las casas de moda sino en el Louvre. Los modistos organizan desfiles y traen a las mujeres mas bellas del planeta. Al final de la pasarela hay una tribuna y cientos de fotógrafos con teleobjetivos que hacen las mismas fotos. Todas estas imágenes determinarán la moda venidera. Hoy más que antes.

La colección Gundlach cuenta con más de 12.000 fotografías. ¿Cuáles prefiere?

El número no es tan importante. Seguramente sean más. Mi colección tiene un tema genera, y es la imagen del hombre en la fotografía. Ese es también mi tema. Siempre he fotografiado a personas y de ahí la afinidad con la imagen del hombre. La colección parte de 1860 y llega hasta nuestros días. Y el tiempo está en cada foto. Como se sentían las personas y como se representaban.

¿Qué importancia tiene como coleccionista el haber sido fotógrafo?

Cuando miro fotos nuevas y debo decidir si las incluyo en mi colección necesito sólo unos minutos. Un fotógrafo que colecciono desde el principio fue Wolfgang Tilmanns. Venía con sus fotos, me enseñaba, hablábamos sobre los pasos siguientes. La cooperación con el artista fue siempre para mí muy importante.

Es fundador de la casa de la Fotografía en Hamburgo e iniciador de la Trienal de la fotografía. ¿Se ha establecido la fotografía como un arte en Alemania?

El medio está actualmente en una fase muy crítica porque es el fin de la fotografía analógica rebasada por la digital. La imagen digital está disponible al instante en todo el mundo al contrario que las fotos impresas. Ahora comienzan los primeros artistas que consiguen trabajos genuinos posibles únicamente con medios digitales.

La inauguración de la casa de la fotografía será el disparo de salida de la Trienal de Hamburgo, que con 112 exposiciones convertirá a la ciudad en capital de fotografía durante dos meses.