Francia, harta de confinamientos por el coronavirus
31 de marzo de 2021Desde hace varios meses, Céline, que prefiere no dar su apellido, sigue solo a medias las regulaciones impuestas por el Gobierno francés para contener la pandemia del coronavirus. En varias ocasiones, llega a casa sobre las 20:30 horas con su hija de dos años de reuniones con amigos, después de que empieza el toque de queda a las 19:00 horas. En la calle, a veces pasea sin mascarilla, al menos cuando no hay nadie cerca. Por ahora, está de visita en casa de su madre, en el departamento de Seine-et-Marne, al este de París y a unos 80 kilómetros de su apartamento. Sin embargo, desde hace poco menos de dos semanas es ilegal moverse a más de diez kilómetros del propio domicilio. Como muchos franceses, la joven de 35 años está harta de las restricciones por la pandemia.
El presidente Emmanuel Macron está tratando de enfrentar el cansancio de la población y evitar un tercer confinamiento a nivel nacional. Pero con las tasas de infección disparadas, eso podría ser difícil.
"Por supuesto que tengo respeto por el COVID-19. Por ejemplo, me hice la prueba dos veces antes de visitar a mi madre. Además, ella está vacunada", dice Céline a DW. "Pero ya no puedo seguir estas reglas absurdas. ¿Por qué la gente debe estar en casa a las 19:00 horas y solo puede alejarse un determinado número de kilómetros de su casa? Tenemos que pagar por la incompetencia del gobierno: primero no había mascarillas, luego hacen regulaciones contradictorias y ahora la vacunación se realiza a paso de tortuga, ¡es increíble!", se queja la francesa.
Muchos ya no quieren seguir las reglas
Al igual que Céline, muchos franceses critican la gestión del gobierno frente a la pandemia. Según un sondeo realizado por el Instituto Sodoxa, solo el 56 por ciento de los habitantes de los departamentos que acaban de ser confinados están a favor de las nuevas restricciones. Durante el primer cierre a nivel nacional en la primavera de 2020, el 96 por ciento de los franceses todavía estaba a favor de estas medidas. Ahora la mitad de los afectados ha dicho que no seguirá las nuevas reglas.
Es un "lockdown suave” lo que ya tenemos, según ellos. Los residentes de los departamentos afectados podrán salir a caminar en horarios fuera del toque de queda nocturno, que durará hasta las seis de la mañana, sin tener que rellenar un formulario y no solo durante una hora al día, como en los anteriores confinamientos de 2020. Además, la regla de los diez kilómetros será sustituida por una norma mucho más estricta de un kilómetro.
La acción "beneficia a la extrema derecha”
El presidente Macron se resiste a otro duro confinamiento nacional, a pesar de que la incidencia semanal supera ya los 370 nuevos contagios por cada 100.000 personas. Esto convierte a Francia, en la actualidad, en uno de los países de la UE más afectados por el virus.
Para Macron, esta decisión es, ante todo, política, según Bruno Cautrès, politólogo del Centro de Investigaciones Políticas de la Universidad Sciences Po de París: "Decidió no realizar otro confinamiento a finales de enero porque quiere demostrar que es él, y no el virus, quien controla la situación". Por un lado, sigue Cautrès, esto tiene que ver con el sistema presidencialista altamente vertical de Francia, en el que se supone que el presidente tiene que irradiar cierta omnipotencia. "Por otro lado, también se debe al carácter de Macron, quien ha querido demostrar desde su elección en 2017 que puede gobernar de forma eficiente", explica a DW el experto. Así, el presidente galo quiere mejorar su perfil de cara a las elecciones presidenciales del próximo año. Pero la estrategia actualmente parece ser contraproducente. "Solo el 16 por ciento de los franceses sigue pensando que el presidente sabe lo que hace, según nuestro último sondeo para el instituto BVA; en octubre, esa cifra era del 42 por ciento", asegura Cautrès.
Además, la extrema derecha se beneficia de esta política, comenta a DW, Stéphane Wahnich, que dirige el instituto de sondeos SCP Communication, con sede en París: "El partido de extrema derecha Agrupación Nacional (Rassemblement National en francés) cuenta ahora con una sólida base de votantes: su líder Marine Le Pen recibiría 48 por ciento de apoyo, según algunas encuestas, si se presenta de nuevo contra Macron".
(ct/dz)