Después de caerse, se volvió a levantar y gritó: ¡Victoria!
El público aguardaba con gran expectación. La bailarina y acróbata peruana Inés Coronado volvía al escenario tras un largo paréntesis. Primero sufrió un accidente cuando ensayaba un número con el trapecio. Su vida había cambiado en un instante. Pero allí estaba el "equipo salvavidas”: su familia, que la acompañó desde el primer momento, al igual que sus compañeros del grupo de danza. Años más tarde el destino la vuelve a desafiar: "Tengo la sensación de que la mala suerte me persigue, aunque no he roto ningún espejo” recita en la obra que cocreó con su hermana melliza Carla. Es la historia de Inés, la luchadora que logra sobreponerse a la adversidad. Pero también de las personas encargadas de cuidarla, sin las que no sería posible la sanación. Esas personas cuidadoras, prácticamente invisibles a los ojos de la sociedad. En "Victoria en el espejo”, Inés vuelve a volar y a confirmar la respuesta que le había dado a su hija Trilce quien en una ocasión le preguntó: "Mamá, ¿eres valiente?”.