La expansión de las áreas urbanizadas en Costa Rica amenaza el hábitat de numerosos animales. En particular los perezosos de dos y tres dedos son especies cada vez más afectadas. Muchos de estos mamíferos folívoros mueren atropellados en las carreteras, electrocutados en los postes de luz o a manos de su principal predador: el ser humano. Un bebé de perezoso huérfano está condenado a morir en la selva, una realidad que Judy Avey no acepta sin más. Nacida en Alaska y radicada en Costa Rica desde hace décadas, fundó junto a su esposo el Sloth Sanctuary, un centro de investigación único en su tipo que rescata perezosos huérfanos, heridos o abandonados. Una vez recuperados, los perezosos adultos son liberados. Los que fueron hallados siendo bebés, vivirán para siempre en cautiverio. Judy Avey explica por qué y reafirma su actitud protectora: seguirá acogiendo perezosos huérfanos aunque se sigan sumando pupilos a los más de doscientos que protege en la actualidad.