Funes en El Salvador: poco tiempo para grandes cambios
16 de marzo de 2009Por primera vez en su historia, El Salvador tendrá un presidente proveniente de la izquierda política. Mauricio Funes, el candidato moderado de la ex guerrilla salvadoreña, ganó las elecciones del 15 de marzo con un 51,25 de los votos.
Histórico es el cambio, porque va mucho más allá de un cambio en la silla presidencial. La guerra civil, que ha costado por lo menos 75.000 vidas, llega a su fin. Aunque de 1992 data la firma del Acuerdo de Paz, los frentes siguieron combatiéndose políticamente. Por un lado, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) que nació de las filas de la dictadura y a cuyo fundador –hasta hoy muy respetado entre sus correligionarios- se le imputa el asesinato del arzobispo Óscar Romero. Por el otro lado está el partido que surgió directamente de la ex guerrilla marxista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Mauricio Funes, un periodista de postura moderada, ha logrado un cambio en democracia que pone fin a 20 años de hegemonía de ARENA.
Palabras conciliadoras
El mismo sentimiento de esperanza y reconciliación que hizo posible el acuerdo de paz es lo que, en palabras del victorioso Funes, cabe esperarse de los salvadoreños en este momento. Con este resultado, los salvadoreños han firmado "un nuevo acuerdo de paz, de reconciliación del país consigo mismo", afirmó Funes, subrayando que este triunfo se debía a los ciudadanos que creían en la esperanza y que habían logrado superar el miedo.
El miedo como motor
La campaña por la presidencia que llevó ARENA estuvo definida por la siembra del miedo entre la población: a perder puestos de trabajo, a la implantación del comunismo, a Fidel Castro y, sobre todo, a que se implante un gobierno como el del venezolano Hugo Chávez. A esto, Mauricio Funes respondió siempre que no tiene nada en común con el socialismo de Chávez, que se orienta más bien a las posturas del presidente brasileño Luiz Inácio da Silva.
Aliado de Estados Unidos
Este triunfo de Funes hace que el panorama político de América Central sea casi en su totalidad socialdemócrata, con excepción de Nicaragua que es socialista. Junto con Colombia, Perú y México, El Salvador había sido hasta el momento de los últimos aliados de Estados Unidos en América Latina; incluso fue el único país latinoamericano en enviar soldados a Irak. Al respecto, Mauricio Funes asevera que, teniendo en cuenta los intereses nacionales salvadoreños, llevará una línea independiente en las relaciones exteriores, trabajará por la unidad de América Central y conservará las buenas relaciones con Washington.
Hay que tener en cuenta que uno de cada tres salvadoreños ha emigrado para trabajar en Estados Unidos; el año pasado, 3.700 millones de dólares enviaron a casa los salvadoreños. Esto representa la mayor fuente de divisas del pequeño país centroamericano. Desde hace ocho años, el dólar es la moneda nacional; y Mauricio Funes –pese a que se enfrenta a oposición dentro de sus mismas filas- pretende que lo siga siendo.
Unidad nacional: paso obligatorio
En entrevista concedida a la cadena alemana de radio y televisión ARD, Funes esbozó las primeras y más importantes medidas de su Gobierno. Lo primero será llamar a un diálogo para conformar un gobierno de unidad nacional; éste será un paso casi obligatorio, pues la derecha cuenta con la mayoría en el Parlamento. Lo segundo será aportar al incremento del poder de compra del ciudadano salvadoreño mediante mejoras salariales y la estabilización de los precios. Y ganarse la confianza del sector privado.
Con esto, Funes hizo alusión al miedo que se tiene en el sector empresarial latinoamericano a los gobiernos de izquierda. Sin embargo, lo que pretende el FMLN, así lo asegura Funes, no es un cambio de sistema económico sino un fortalecimiento tanto de su economía en el contexto de la economía social de mercado como de sus instituciones nacionales “que garanticen el respeto a las leyes”.
Poco tiempo para el cambio
Sólo cinco años tiene Mauricio Funes a disposición para llevar a la práctica sus planes sociales. El momento para asumir el cargo –el 1ro de junio- no podría ser peor: la crisis financiera internacional ha golpeado muy duro al país, las remesas de los salvadoreños en el extranjero disminuyen, casi nadie paga impuestos en el país, el consumo es mayor que la producción. Y un 35 por ciento de la población vive en la miseria.
Autor: Michael Castritius
Editor: José Ospina Valencia