Fútbol y brexit: casi una ruptura amorosa

La Eurocopa está de pausa. Mientras tanto, la victoria de los partidarios del brexit es el tema en las calles de París. No solo se habla de aspectos socio-políticos. Actualmente figuran cuatrocientos futbolistas comunitarios en las plantillas de los clubes ingleses, galeses, escoceses y norirlandeses. Su estatus migratorio se vería limitado en caso de que entraran en vigor las regulaciones relacionadas con sus permisos de residencia en la Gran Bretaña. Además, el reglamento de las ligas donde militan cambiaría su carácter de jugadores “caseros” al de “extranjeros”, dejando muchos menos espacios libres para los no nacidos en este territorio.

En ese caso, los jugadores alemanes, españoles o franceses tendrían que pasar por complicados trámites para poder acceder a un permiso de trabajo, resultando en una posible disminución de fichajes de no británicos. Mientras que los dirigentes de los equipos podrían optar por no buscar talentos más allá de sus “nuevas fronteras”, desanimados por el tiempo y el dinero que tendrán que invertir para integrarlos a sus filas.

A la incredulidad sobreviene la especulación

En los cafés de París la noticia hizo eco. El dueño del restaurante donde armamos filas antes de salir a buscar la nota del día para DW no nos recibió con el acostumbrado “Bonjour”. “¿Ustedes lo pueden creer? ¿Será que también se van a salir de la Eurocopa y de la Champions League?”, concluye mientras dobla servilletas. Más que una sopesada preocupación por lo que pueda pasar con la liga inglesa, este francés de 55 años habla como si se sintiera traicionado.

Separación durante la fiesta de la unión

Si bien la Eurocopa es una competencia deportiva, en la que como tal, el objetivo principal es vencer a los rivales, su carga simbólica va más allá de lo que pueda pasar en las canchas: se trata de la fiesta de un continente que se encuentra para festejar eso mismo: que son un continente. El brexit cala como una ruptura amorosa.

A la especulación sobreviene la incredulidad

Tomamos cámaras y micrófonos para encontrar por la calle a un joven que porta una camiseta blanca con el emblema de tres leones. “Yo vivo en Manchester, así que no creo que me afecte (la salida de la UE). Es más bien un problema para los que viven en Europa”, nos responde apresurado con tal de no profundizar en el tema.

Probablemente la limitación de jugadores comunitarios abriría las puertas a más jugadores latinoamericanos, africanos o asiáticos. Fichar, por ejemplo, a un alemán, sería igual de difícil, pero más caro, puesto que suelen tener un precio de mercado mayor. También se abrirían más espacios para las jóvenes promesas nacidas en el Reino Unido.

Sin embargo, lo cierto es que ninguno de estos cambios sería retroactivo. Quienes ya juegan en estas ligas no verían ninguna tipo de afectación. Pero, ¿qué pasará en el futuro?

Resulta difícil pensar que los dueños del fútbol en esas islas - que a veces se piensan parte del continente y a veces no- se queden de brazos cruzados. La Premier League es la liga que más dinero recauda en el planeta y se lo debe a la espectacularidad de muchos de sus jugadores… no británicos. Las reglas del balompié las ponen ellos y las pueden cambiar ellos también.