Preparación de G-20: por qué nos debe interesar la crisis de la eurozona
14 de octubre de 2011Estados Unidos, Brasil y China casi claman por una solución rápida a la crisis de deuda en Europa. La reunión preparatoria del G-20, que se lleva a cabo estos 14 y 15 de octubre en la capital francesa es, en efecto, dominada por dicho tema. El G-20 celebrará la cumbre anual en Cannes los próximos 3 y 4 de noviembre. El grupo de las 20 mayores economías ricas y emergentes abordará dos temas fundamentales relacionados con la crisis: regular los mercados con un mayor rigor y cómo evitar que los bancos inestables dañen al sistema bancario.
Merkel aboga por mayor regulación
Al respecto, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que en París “es clave estudiar cómo impedir la extensión de mercados financieros poco regulados (...) y cómo crear un marco que impida que un banco en dificultades dañe a todo el sector". Merkel dijó además a la agencia de prensa dpa, que Alemania tiene un papel importante que desempeñar como ancla de confianza en Europa. En una respuesta al pedido de Obama de hacer pronto algo para solucionar el problema, Merkel respondió que justamente ha sido Washington quien ha bloqueado la propuesta de implantar un impuesto a las transacciones financieras.
El debate sobre una mayor participación de la banca en el proceso de superación de la deuda griega se ha endurecido aún más con el anuncio de la agencia calificadora de riesgo Fitch de bajar de categoría a varios bancos que considera en riesgo de no poder soportar la carga financiera, si los problemas financieros de Grecia generan más pérdidas. El Deutsche Bank es mencionado en la lista de probables candidatos a entrar en problemas de liquidez.
No todo se soluciona con dinero
Brasil, India y China ofrecieron aportar fondos extraordinarios al Fondo Monetario Internacional (BMI) para fortalecer su postura ante la crisis de deuda. Una propuesta que el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, no ha tardado en declinar porque, según Schäuble, “el FMI tiene suficientes medios”. Schäuble agregó además que “son los europeos quienes tienen que asumir las tareas por hacer”. En todo caso, la oferta de los países emergentes demuestra que “está creciendo una solidaridad mundial en esta crisis, pero también la responsabilidad de los europeos con la economía mundial”, concluyó el ministro alemán de Finanzas.
Justamente en Francia, el país que será anfitrión de la cumbre, los temores de una bancarrota de Grecia son grandes. Tanto el banco Crédit Agricole como el Société Générale, ambos grandes bancos galos, tienen importantes filiales en Grecia. Y como han sido los bancos presentes en Grecia los que compraron la mayor cantidad de bonos griegos, un corte de deuda significaría pérdidas mayores para las casas madre en París.
“En una situación similar está el banco italiano Unicredit y su filial alemana, HypoVereinsbank, otrora el segundo banco de crédito más grande de Alemania. “Aunque los bancos alemanes han sobrevivido relativamente bien la crisis, los problemas de Unicredit podrían afectar el mercado alemán. La alta interconexión que la banca internacional ha alcanzado aumenta la probabilidad de sufrir los efectos negativos de una crisis”, dice Burghard Allgeier, director del banco privado Hauck & Aufhäuser.
El efecto “ping pong”
Pero no son sólo las participaciones de capital de unos bancos en otros los que aumentan la interdependencia de los bancos, sino los créditos mayores que por su tamaño tienen que ser concedidos por consorcios bancarios. Pero es más. La mayor interconexión tiene lugar en los mercados de capital. Los bancos ya no trabajan sólo con el dinero que los ahorradores les han encomendado para que lo presten a otros clientes que quieren abrir un negocio.
Los bancos con poco capital dependen de otros bancos que continuamente les prestan dinero para ejecutar sus negocios. Pero si la confianza se pierde, el flujo de dinero es detenido y el sistema colapsa. Este es, por ejemplo, el caso del banco franco-belga Dexia, que habiendo él mismo prestado dinero a largo plazo, necesita de otros bancos préstamos rápidos. “Pero con el comienzo de la crisis griega empezó la desconfianza y se ha ido volviendo más difícil obtener préstamos entre bancos”, dijo Jos Clijsters, presidente del Consejo administrativo de Dexia en la televisión belga.
Los negocios de los bancos nos afectan, tarde o temprano
Entretanto, el Banco Central Europeo (BCE) ha asumido una gran parte de la refinanciación de los bancos europeos. El BCE goza de alta confiabilidad, por eso los bancos europeos depositan en Fráncfort del Meno buena parte del dinero que no necesitan para el día a día.
Con el fin de evitar un colapso de los mercados de bonos, el mismo BCE ha comprado unos 160 mil millones de euros de países con problemas de deuda fiscal. Lo que significa asumir los riesgos en caso de que dichos países tengan que declarar la bancarrota. Pérdidas que tendrían que asumir los propietarios del BCE que no son otros que los Estados miembros de la Unión Europa. En Alemania, el Banco Central Alemán (Bundesbank) sería uno de los grandes perdedores pues ha aportado un 27 por ciento a las compras de bonos por parte del BCE.
Al final de todo, el dinero proviene del trabajo de los contribuyentes de toda Europa. Por eso los problemas de Grecia, España, Italia, Portugal e Irlanda les competen a todos los europeos, pero también a los latinoamericanos, toda vez que muchos países de la región tienen intereses en la eurozona y mantienen relaciones comerciales con ésta.
Autor: Michael Braun / José Ospina-Valencia
Editor: Pablo Kummetz