1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

G-8: Acuerdo en materia ambiental

8 de julio de 2009

Los países del G-8 se pusieron como meta restringir el calentamiento global entre 2010 y 2050 a sólo 2 grados por encima de los niveles conocidos antes de la Revolución Industrial.

https://p.dw.com/p/Ik0U
L’Aquila: ¿buen ambiente y buenas noticias para el medio ambiente?Imagen: AP

Las naciones que asisten a la cumbre de L’Aquila, Italia, lograron este miércoles ponerse de acuerdo en torno a uno de los temas prioritarios en la agenda del G-8: el cambio climático. La meta establecida en el texto final es llegar al año 2050 habiendo restringido el calentamiento global a sólo 2 grados por encima de los niveles que se conocían antes de la Revolución Industrial y reducido la emisión de gases que generan el efecto invernadero en un 50 por ciento (80 por ciento en el caso de los países industrializados).

Al comenzar el encuentro, en donde más adelante se darán cita no sólo las siete potencias con mayor grado de industrialización y Rusia (G8), sino también las economías emergentes (o G-5), Egipto y otros quince países invitados, existía conciencia acerca de la magnitud de los problemas por acometer. Desde ya, India y China habían manifestado en días previos su escepticismo frente a lo propuesto en el borrador de la cumbre en materia ambiental. Y también en Rusia se alzan voces que consideran utópica la reducción de la emisión de gases propuesta. Es decir, todavía queda mucha labor de convencimiento por llevar a cabo para pasar de las intenciones a la práctica.

Italien G8 Gipfel
La clásica ''foto de familia''.Imagen: AP

Otros puntos relevantes en la agenda de esta cumbre que culminará el viernes 10 de julio son la no proliferación de armas nucleares; la definición de estrategias en contra de la excesiva especulación con los precios del petróleo y otras fuentes energéticas; la pobreza y el desarrollo en África; la crisis política en Irán; así como las confrontaciones bélicas en Afganistán y el Oriente Próximo.

Nubes negras

Algunas nubes negras amenazaban desde temprano con cubrir a los miembros del G-8 con su sombra a la hora de debatir sobre el inevitable tópico de la crisis financiera global. En la lista de temas se ignoró la pretensión de Rusia y China de argumentar en contra de la hegemonía del dólar estadounidense en el sistema monetario internacional e incrementar la influencia del yuan y el rublo.

Pero de la proposición sólo quedó un tenue rastro en el orden del día: la página web de la revista alemana Der Spiegel habla de una afrenta contra Rusia y China, y cita un documento del G-8 en el cual se alude sólo vagamente a la necesidad de acabar con “los desbalances a escala mundial” para garantizar un crecimiento económico estable y longevo. Alusiones más precisas a la cuestión monetaria brillaron por su ausencia.

Hacia la tarde de este miércoles empezó a bosquejarse el contenido de la declaración final en materia económica y aparecieron otras sombras que, por lo visto, no se disiparán hasta la culminación del encuentro.

Ética para Berlusconi

Según el diario español El país, la lista de las doce nuevas reglas éticas para los actores del ámbito financiero incluiría referencias específicas a la lucha contra los paraísos fiscales y a favor de la repatriación de los capitales. De ser así, los miembros del G-8 estarían preparándose para firmar esa suerte de código deontológico, a pesar de que el propio Silvio Berlusconi –su anfitrión en L‘Aquila– ha sido demandado en más de una ocasión, acusado de tener imperios off-shore en las Islas Caimán, Gibraltar y Luxemburgo, entre otros delitos de corrupción administrativa.

Al aumento en la probabilidad de que se repita un temblor de considerable intensidad en la región donde se celebra la cumbre; al anuncio hecho por varias organizaciones no gubernamentales de que irían a L’Aquila el viernes 10 de julio para hacer oír sus voces; a la ausencia del presidente chino, Hu Jintao, debido a la crisis sociopolítica en la provincia de Xinjiang; a la pérdida de status del G-8, que no puede afrontar solo los retos de la crisis financiera internacional… a todos esos generadores de tensión se suma ahora la sospecha de que algunos acuerdos de esta cumbre podrían convertirse en letra muerta antes de que se seque la tinta con que se escriben.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editora: Emilia Rojas