La flora y la fauna de las islas Galápagos, en el Pacífico, es un verdadero tesoro para los científicos. Muchas especies de peces, rayas y tortugas marinas apenas se han empezado a investigar. Sin Embargo, el trabajo de los biólogos marinos se centra cada vez más en la protección de las especies, ya que la supervivencia de muchos animales está amenazada por la sobrepesca, las redes de pesca abandonadas y los motores de barco viejos. Una de las medidas que se ha tomado, por ejemplo, es la inserción de chips a los tiburones martillo jóvenes para determinar sus rutas de migración, que posteriormente se designan como zonas protegidas. Otros equipos de investigación se han especializado en la contaminación de los océanos por el plástico. Su objetivo es averiguar de dónde proceden los residuos plásticos y qué efectos tienen en la fauna de esta región. Los pescadores locales se encuentran frente a una disyuntiva: las reservas de peces se han reducido enormemente a lo largo de los años, ya que las grandes flotas pesqueras de China y otros países han esquilmado los caladeros alrededor de las islas Galápagos. Esto obliga a muchos pescadores a faenar en zonas protegidas. Un problema que se busca contrarrestar con una pesca sostenible verificable.