Genocidio en Ruanda: el juicio continúa
18 de noviembre de 2005Booh Booh, antiguo diplomático camerunés, ha sido llamado a declarar por la defensa del ex coronel Théoneste Bagosora, considerado por la Fiscalía como "el cerebro del genocidio". Booh Booh fue entre 1993 y 1994 máximo responsable de la Misión de la ONU de Asistencia a Ruanda (UNAMIR), desplegada en el país para apoyar el proceso de paz pero que fue prácticamente desmantelada en cuanto se iniciaron las masacres.
La misión, que contaba con 2.500 "cascos azules", fue reducida a 270 tras el asesinato de diez efectivos de nacionalidad belga que protegían a la primera ministra ruandesa, también asesinada. El responsable militar de UNAMIR, el ex general canadiense Roméo Dallaire, declaró el año pasado en el mismo juicio durante la presentación de testigos de la acusación.
Uno de los juicios más importantes
El juicio contra Bagosora y otros tres mandos militares comenzó el 2 de abril de 2002 y está considerado uno de los más importantes celebrados en el TPIR, dado el alto rango de los acusados.
Situado en Arusha, en el norte de Tanzania, el TPIR fue creado para juzgar a los máximos responsables de planificar y llevar a cabo el genocidio ruandés y ha emitido hasta hoy 22 veredictos de culpabilidad y tres absoluciones.
El propio Bagosora, de 64 años, ha declarado en las últimas semanas ante este tribunal para defenderse de los cargos que pesan sobre él, entre ellos genocidio, complicidad para cometerlo y crímenes contra la humanidad en las modalidades de asesinato, exterminación y violación.
Entre 500.000 y un millón de muertos
El 6 de abril de 1994 murió el presidente de Ruanda, el hutu Juvenal Habyarimana, cuando su avión fue derribado. Este hecho marcó el inicio de un genocidio en el que entre 500.000 y un millón de tutsis y hutus moderados, según distintas fuentes, fueron masacrados por milicias, soldados del Ejército y la población civil.
El ex coronel, y ahora acusado, fue director del gabinete del ministro de Defensa ruandés, y está considerado por la Fiscalía como el número dos en dicho Ministerio y la persona que asumió "de facto" la dirección de los asuntos militares y políticos en Ruanda tras la muerte de Habyarimana.