Gerentes del medio ambiente
11 de noviembre de 2015La tarea de Jochen Bury es convencer a la gente de la necesidad de proteger el medio ambiente. “En especial debo alcanzar a aquellos que aún no tienen idea de cómo influir positivamente con su comportamiento personal para frenar el cambio climático”, explica. Bury colaboró en una acción a nivel nacional dirigida a fomentar el uso de la bicicleta. En la localidad de Rödermark, al sur de Fráncfort del Meno, hizo promoción con volantes y artículos de prensa y logró convencer a 277 personas de ir al trabajo en bicicleta durante tres semanas en el verano.
Bury sirve de interlocutor a los habitantes del lugar en asuntos concretos. A diario responde consultas sobre cómo ahorrar energía al remodelar una vivienda o sobre la posibilidad de obtener subsidios para las energías renovables.
El ahorro implica inversión
El gobierno alemán se propone sentar las bases para un abastecimiento energético moderno, seguro y acorde con el cuidado del medio ambiente, y reducir a largo plazo las emisiones de gases nocivos. Para ello, requiere gerentes o gestores ambientales. Estos hacen trabajo de base, ya que para lograr los objetivos fijados es imprescindible contar con la colaboración de la industria, el sector agrícola, los municipios y la ciudadanía en su conjunto.
Todavía no existe un plan general de estudios para esta nueva profesión. Jochen Bury se autodefine como un ambientalista comprometido. Este electricista, que hoy tiene 39 años, estudió protección ambiental en Bingen y tuvo varios trabajos antes de asumir su empleo en el municipio. Un paso del que no se arrepiente. Su contrato en Rödermark está limitado por lo pronto a tres años. Otros municipios ya contratan gestores ambientales por tiempo indefinido, porque las autoridades tienen conciencia de que el servicio público tiene también la función de servir de ejemplo.
Metas y motivación
El gobierno alemán monitorea regularmente la puesta en práctica de su programa de protección del clima. Por ejemplo, en la acción de los ciclistas, se calculó que los participantes evitaron la emisión de 10.121 kilogramos de CO2. Como incentivo, se premió a los mejores con una excursión en bicicletas eléctricas o con cupones para la revisión técnica de sus bicicletas.
Dejar el automóvil en casa es una forma de contribuir a combatir el cambio climático. También ayuda, por ejemplo, el uso de luces LED y la compra de productos regionales ayudan a reducir la emisión de CO2.
La principal tarea de Bury es poner en práctica el programa de protección del clima elaborado para Rödermark, una ciudad de unos 30.000 habitantes. “Se elaboran muchos proyectos, pero hay que llevarlos a cabo”, dice, agregando: “Mi meta es anclar la protección del clima en la mente de la gente de este lugar”.