Argentina es el principal exportador de harina de soja transgénica. Se estima que sobre sus cultivos, se vierten por año hasta 400 millones de litros de agroquímicos, como el polémico glifosato de Bayer Monsanto. El gobierno de Mauricio Macri niega que represente un peligro para la salud. Los ecologistas en la calle exigen el fin de las fumigaciones.