Gobierno ucraniano descarta conversaciones con separatistas
14 de noviembre de 2014"No habrá un Minsk 2. Tenemos un Minsk 1 y unos acuerdos que deben ser cumplidos", dijo el asesor de seguridad Markiyan Lubkivski, citado por medios locales en referencia al alto el fuego acordado entre el gobierno y los rebeldes el pasado septiembre en la capital bielorrusa. El asesor destacó que no hay perspectivas de que se celebre una nueva sesión del grupo de contacto con la participación de Rusia y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Pero Kiev no es la única que acusa a los insurgentes de violar los acuerdos: también éstos acusan al gobierno prooccidental de no cumplir el alto el fuego acordado. En el este de Ucrania continúan los combates, en los que resultaron heridos al menos seis soldados, informó el Ejército. Los separatistas, sin embargo, culparon a las unidades del gobierno de atacar objetivos civiles y aseguraron que dos mujeres murieron cerca de Donetsk, aunque no hay información independiente al respecto.
El gobierno quiere la paz, pero se prepara para la guerra
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, insistió por su parte, en un comunicado, en que Kiev sigue comprometido a encontrar una solución pacífica a la crisis. Pero dijo también que no "hay razón para tener pánico" por la situación en el este, pues " las fuerzas armadas están listas y son capaces de repeler (una ofensiva)".
Además, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, anunció una serie de reformas militares, que contemplan la utilización de armamento moderno y una nueva estructura de liderazgo. El Ministerio del Interior indicó que Ucrania compró armas por 65 millones de dólares en las últimas tres semanas. Se trata de "construir un ejército, que sea capaz de detener la agresión de Rusia, es la tarea principal", dijo Yatseniuk durante una entrevista con varios medios. Kiev afirma que Rusia envía convoys con soldados, lo que Moscú niega.
Los rebeldes, a su vez, respondieron en declaraciones a la agencia Reuters: "Si ellos (Ucrania) pasan de construir fuerzas como una demostración, como una amenaza, a (tomar) alguna acción concreta, estamos listos para eso", dijo Alexander Khodakovsky, uno de los principales líderes de los separatistas.
La perspectiva de una guerra total en el este de Ucrania ha aumentado la presión sobre la economía del país, lo que ha depreciado a su moneda, la hryvnia, en cerca de un 17 por ciento este mes y provocado una escalada en los costos del endeudamiento.
Tema del G20
En una intervención previa al inicio de la cumbre del G20 este fin de semana en Brisbane, Australia, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, pidió a Rusia que use su influencia para evitar una nueva escalada del conflicto en Ucrania y advirtió a Moscú que en caso contrario no descarta imponer nuevas sanciones. Occidente acusa a Moscú de estar apoyando con armas y soldados a los separatistas ucranianos y ha aprobado sanciones contra Moscú, que a su vez ha respondido con medidas de represalia.
Esta crisis será por ello tema de conversación entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladimir Putin, durante el encuentro bilateral que sostendrán durante la cumbre. Como adelanto, en una entrevista con la agencia estatal rusa Itar Tass, Putin subrayó que no cree que su relación con Merkel se haya visto dañada por el conflicto ucraniano. "Nosotros nos dejamos llevar por los intereses y no por la simpatía o la antipatía", indicó y añadió que se entiende bien con la canciller. "También ella se guía por intereses, como todo gobierno. Por eso no veo cambios sustanciales en nuestra relación", agregó.
Putin volvió a criticar las sanciones aplicadas contra su país. "Eso contradice los principios del G20, de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el derecho internacional", dijo. Pero las medidas golpearán como un bumerán a la Unión Europea (UE) y Estados Unidos; por eso, no pedirá en Brisbane que se levanten las sanciones, "sería en vano", comentó.
RML (dpa, reuters, efe)