Gobierno y FARC reconocen “coincidencias” en diálogos
24 de enero de 2013Las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) empiezan a rendir sus primeros frutos. Al menos eso puede desprenderse de las palabras del jefe del equipo negociador del Ejecutivo, el ex vicepresidente Humberto de la Calle, quien aseguró este jueves (24.01.2013) que hay “coincidencias” y “aproximaciones” en el diálogo, aunque a la vez resaltó que las diferencias que subsisten son “notables”.
"Las conversaciones avanzan en un clima de respeto y de diálogo amplio”, agregó al final de la jornada de negociaciones que se llevan a cabo en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba. Las aproximaciones son en torno a la necesidad de atacar la pobreza en el sector campesino. De la Calle habló también de apurar el tranco en los diálogos y afirmó que el fin del conflicto pasa necesariamente por la desmovilización del grupo guerrillero.
"Estamos dialogando para buscar acuerdos que permitan, con las garantías necesarias, la desmovilización de la guerrilla. Finalizado el conflicto y reintegradas a la sociedad, tendrán las garantías físicas y jurídicas necesarias para que desplieguen su acción política", dijo. “Política y armas no van de la mano”, añadió al término de la tercera ronda de negociaciones.
Grandes expectativas
Luciano Marín (“Iván Márquez”, en la foto), líder de la delegación de los guerrilleros, había dicho en días anteriores que había “afortunadas coincidencias” con el Gobierno en estas negociaciones que comenzaron en octubre de 2012 en Oslo y que siguen centradas en el desarrollo rural, el primer punto de la agenda y uno de los temas clave del conflicto.
A partir de ahora hay un receso hasta el 31 de enero, cuando se retomarán los diálogos. Las reuniones estuvieron marcadas por la decisión de la guerrilla de poner fin al cese al fuego que habían decretado cuando comenzaron las conversaciones. Desde el domingo ha habido una seguidilla de atentados que han enturbiado la tranquilidad en Colombia.
El diálogo de paz ha levantado grandes expectativas, puesto que un acuerdo pondría fin al derramamiento de sangre que ha sufrido en las últimas cinco décadas la cuarta mayor economía de América Latina, que ha crecido sostenidamente por el consumo doméstico e inversiones en la industria minera y petrolera.
DZ (Reuters, dpa)