Greenpeace Alemania cumple 25 años
13 de octubre de 2005Conocida por sus contundentes y llamativas acciones en defensa de la Naturaleza, Greenpeace ha instaurado una forma de hacer ecologismo que da sus frutos. La organización ha sabido adaptarse a los tiempos y hacer uso de los medios de comunicación como el mejor camino para llegar al ciudadano.
Independientemente de que se esté a favor o en contra de los principios que defiende Greenpeace, en la memoria colectiva de las sociedades occidentales vivirán para siempre estos hombres y mujeres que, encadenados a centrales nucleares, plataformas petrolíferas o submarinos atómicos, pretenden ser la voz de una Naturaleza vejada.
La fuerza de Greenpeace
La delegación de Greenpeace en Alemania es una de las más grandes del mundo. Tiene un total de 548.000 miembros, y sólo el año pasado 20.000 personas más decidieron colaborar con los ecologistas.
"Después de 25 años nos encontramos en nuestro mejor momento", dijo a DW-WORLD Svenja Koch, portavoz de Greenpeace Alemania, "creo que la razón de nuestro éxito es que nos hemos convertido en un elemento más de la sociedad alemana. En otros países, Greenpeace sigue estando perseguida, como en Rusia, o tiene muchos problemas con el gobierno, como en China. En Alemania estamos aceptados y se nos escucha como una voz a tener en cuenta", comentó.
Koch considera que la semilla del reconocimiento del que goza Greenpeace en Alemania está en la misma sociedad. "Cuando Greenpeace comenzó a actuar en Alemania, hoy hace 25 años, había dentro de la sociedad alemana una demanda latente: a la gente le preocupaba la destrucción de nuestro planeta y quería que alguien hiciera algo por evitarlo", explicó.
Planes de futuro: aún quedan batallas que librar
Entre los logros que más enorgullecen a Gehard Wallmayer, uno de los fundadores de Greenpeace Alemania, están el acuerdo que se alcanzó para la protección de la región antártica los próximos 50 años, y la llamada "acción Brent Spar". "Durante cuatro días nos encadenamos a una plataforma petrolífera llamada 'Bent Spar' y logramos evitar que la compañía Shell la hundiese en el Mar del Norte", recordó Koch.
Pero la Naturaleza sigue estando amenazada. Por ejemplo, Greenpeace quiere evitar que se instalen en Alemania más centrales eléctricas de carbón. "Si queremos hacer algo contra el cambio climático han de reducirse las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera. Las centrales de carbón son asesinas climáticas", aseguró Koch.
La lucha contra el calentamiento global y los alimentos manipulados genéticamente son las dos tareas que se han propuesto emprender los ecologistas de Greenpeace. Junto ellas están viejas batallas como la protección de las selvas que "cada vez son más difíciles de librar. Se han convertido en el día a día y ya no le interesan a nadie", dijo Koch.