Guardiola gana duelo de titanes a José Mourinho
30 de agosto de 2013
El morbo era evidente. Ver cara a cara a José Mourinho y Pep Guardiola otra vez es siempre un acicate para los fanáticos del fútbol. Sobre la cancha no estaban ni Barcelona ni Real Madrid, los planteles donde ambos entrenadores se enfrentaron en el pasado, sino el Chelsea inglés y el Bayern Múnich alemán. La mesa estaba servida para los amantes del fútbol.
Y vaya que hubo emoción en el partido jugado en el Eden Arena de Praga, el que determinaría al campeón de campeones de Europa. El partido terminó empatado a un tanto en su tiempo reglamentario, el tiempo adicional se facturó con un empate a 2 goles (con una anotación casi milagrosa de Xavi Martínez en el minuto 120) y los penales decidieron todo.
Ya en el minuto 8 Fernando Torres marcó el primer gol para Chelsea. El pleito estuvo lleno de acción, con oportunidades en ambos pórticos, desde ese mismo instante. Apenas sesenta segundos más tarde, Franck Ribéry, quien estrenaba su condición de mejor jugador de Europa, estuvo a punto de igualar el marcador. El público no se aburriría.
Penal milagroso
El empate fue obra de un cañonazo lanzado por el mismo Ribéry apenas comenzado el segundo tiempo. Luego, en el minuto 56, Guardiola hizo el cambio que haría que esta historia se escribiera de otra forma. Sacó a Rafinha e hizo ingresar a Martínez. Una movida que marcaría el destino del Bayern, camino a su primer trofeo bajo la dirección del catalán.
El empate 1-1 forzó una prórroga que comenzó con una enorme jugada del belga Eden Hazard, que significó el 2-1 temporal. Chelsea estuvo prácticamente en ventaja hasta el final del alargue, hasta que en un centro apareció Martínez y marcó al lado del arco. Guardiola lo festejaba como si fuera la Copa Mundial y Mourinho no podía creerlo, haciendo un gesto con las manos en señal de que sus rivales estaban con mucha suerte.
Y eso quedó claro en la lotería de los penales. Los jugadores fueron certeros hasta el quinto disparo del Bayern. Xherdan Shaqiri lanzó y el portero Petr Cech estuvo a un tris de detener el balón, que golpeó en el vertical y entró dando tumbos. Acto seguido, Manuel Neuer detuvo el penal de Lukaku, el Bayern explotó de felicidad y Praga se tiñó de rojo. Mourinho se fue aplaudiendo triste y Guardiola, claro, se retiró vencedor en el duelo de titanes.
Diego Zúñiga