Guatemala: “crimen organizado contra partidos políticos”
10 de septiembre de 2007Lo mejor de la jornada electoral de Guatemala es que ha transcurrido con normalidad y, aparentemente, sin violencia. Después de un largo y reñido recuento de votos, que oficialmente terminará apenas el 12 de septiembre, mucho indica que la segunda vuelta electoral se librará entre el socialdemócrata Álvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y el general retirado Otto Pérez Molina, del derechista Partido Patriota (PP). Seis millones de guatemaltecos fueron convocados a las urnas; un 60% de ellos hizo uso de su voto. De elegir presidente y vicepresidente, 158 diputados al Congreso Nacional y 332 alcaldes se trataba.
Resultados todavía no definitivos
Hasta el momento, después de un escrutinio logísticamente complicado, el socialdemócrata Colom ha obtenido el 27 por ciento de los votos y el general Pérez el 25. Quien por un largo rato pareció ser la revelación de estas elecciones, Alejandro Giammattei de la oficialista Gran Alianza Nacional alcanzó un 18 por ciento de los sufragios. En cuarto lugar, en lo que representa un resultado sorprendente, se posiciona el académico Eduardo Suger –un guatemalteco suizo- del poco conocido partido CASA, con el 12,43 de los votos. El quinto lugar con el 5 por ciento lo ocupa Luis Rabbé, candidato del Frente Republicano Guatemalteco, cuyo máximo líder es el general golpista Efraín Ríos Montt. En sexto lugar se ubica la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, con el 2,81 por ciento.
Alivio entre los observadores
La prensa alemana hace hincapié en el alivio que se siente entre los diversos grupos de observadores internacionales que han asistido a elecciones guatemaltecas. Estos comicios han llamado la atención internacional, primordialmente por el marco de violencia en que se han llevado a cabo. Más de 40 políticos asesinados antes de la primera vuelta electoral hacen recalcar, sobre todo, la cantidad de lágrimas y sangre derramada en el país centroamericano. Wolfgang Kreissl-Dörfler, presidente de la delegación de observadores de la Unión Europea, se declara aliviado de que no haya habido derramamiento de sangre ni incidentes que lamentar. En la caldera política previa a los comicios, hojas volantes amenazaban con fraude electoral.
Como llamativo también se percibía que Rigoberto Menchú fuese candidata a ocupar la presidencia. Pero, la que hubiese sido la primera mujer indígena en llegar a la más alta magistratura de un país latinoamericano, no alcanzó sino el sexto puesto. No por ser mujer, dice el diario tageszeitung (taz), sino por haber pasado buena parte de los últimos años en el extranjero y haberse distanciado bastante del manejo de la política local.
Guatemala sinónimo de sangre
Con “Cámara del horror” titulaba taz un largo artículo respecto a los archivos secretos de la Policía Secreta guatemalteca. Entre moho, descuido y desorden se encuentran enterrados “36 años de guerra civil durante los cuales la Policía fue el instrumento más importante del terror estatal. Los policías fueron para los dictadores militares más confiables que sus propios soldados: los generales se dieron golpes de Estados los unos a los otros, la Policía Nacional, al contrario, sirvió a todo al que subiera al poder. Entre 1960 y 1996 con su ayuda se pasó la aplanadora por 400 pueblos, hubo 700 masacres y 200.000 personas encontraron la muerte. Innumerables víctimas desaparecieron. La mayoría de ellos, el 90% eran indígenas”, asevera taz.
"Sangrienta campaña", ¡siga leyendo!
“Sangrienta campaña” titula, por su parte, el Frankfurter Rundschau, su artículo acerca de una Guatemala en donde “no reina la campaña electoral sino la lucha de la criminalidad organizada contra determinados candidatos y partidos. En los últimos años, el país ha sido el lugar ideal para todo tipo de mafias, que gracias a su situación geográfica y un Estado que casi no funciona contrabandean casi todo, desde niños hasta cocaína”.
En resumen, al otro lado del Atlántico, estas elecciones han llamado la atención por su grado de violencia, y también por la ausencia de programas para sacar a este país del hoyo social en que está metido, a pesar de que -a juzgar por su producto interno bruto y comparándola con sus vecinos centroamericanos- no tendría por qué irle tan mal. Y se plantea la pregunta: ¿cambia en algo la situación del país con los resultados de esta jornada electoral? Colom promete aumentar los fondos sociales para los pobres del país y reformar el sistema judicial. Pérez Molina asegura que va a poner orden en el país a punta de “mano dura” y la pena de muerte. La segunda vuelta es apenas el 4 de noviembre.