Guerra en Ucrania: miradas mixtas desde América Latina
9 de mayo de 2022El presidente ucraniano Zelenski es "tan responsable como Putin" del conflicto en Ucrania, dijo el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en una entrevista con la revista Time que causó mucho revuelo, no solo en Brasil. Según Lula, "en una guerra no hay solamente un culpable". Lula, favorito en las presidenciales de octubre en Brasil, calificó la invasión como "error" y acusó a Zelenski de no haber negociado lo suficiente: "Él quiso la guerra. Si no quisiera la guerra, habría negociado un poco más". El líder de la izquierda brasileña, de 76 años, criticó asimismo la postura de Estados Unidos y de su presidente, Joe Biden. "Estados Unidos tiene un peso muy grande, y él (Biden) podría evitar eso (el conflicto), en vez de estimularlo. Podría haber dialogado más, participado más, Biden podría haber tomado un avión hasta Moscú para conversar con Putin. Esa es la actitud que se espera de un líder", juzgó Lula.
La crítica de que Occidente no ha negoció lo suficiente con Putin y, por lo tanto, es igualmente responsable de la invasión rusa de Ucrania, se repite, aunque en tono más moderado, en las recientes declaraciones del Papa Francisco al diario italiano Corriere della Sera. El Sumo Pontífice dijo que estaría dispuesto a viajar a Moscú para hablar con Putin y tratar poner fin a la guerra. Cuestionando las causas del conflicto, el líder católico habló de que la "ira" del Kremlin había sido "facilitada" por "los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia".
La alusión a la expansión de la OTAN hacia el este europeo después del derrumbe de la Unión Soviética yd el fin del Pacto de Varsovia es visto por muchos críticos de Occidente como una de las razones que condujeron a la invasión rusa en Ucrania. Esas voces críticas pueden encontrarse incluso en Estados Unidos.
Los "tiernos" abrazos de Washington en América Latina
En una reciente columna para The American Conservative, el analista conservador Doug Bandow critica la versión occidental de la necesidad de defender la soberanía de Ucrania y se pregunta sarcásticamente: "¿Ha creído alguna vez Estados Unidos que sus vecinos tendrían derecho a ejercer su soberanía sin límites?" Y añade: "El dictador mexicano Porfirio Díaz describió una vez a su país, que perdió la mitad de su territorio por una invasión imperialista de Estados Unidos, con las palabras 'tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos`. Algo parecido ocurre con Cuba, Haití, República Dominicana, Nicaragua, Panamá, Granada, Venezuela y Colombia, entre otros. Todos ellos sufrieron el no tan tierno 'abrazo' de Washington."
La desconfianza hacia Washington y, por lo tanto, también hacia la OTAN, está, debido a la experiencia histórica, mucho más extendida en América Latina que, por ejemplo, en Europa. El malestar generalizado en muchos países latinoamericanos ante esta guerra en la lejana Europa tiene su eco en las contradicciones de los gobiernos que, por un lado, condenan la guerra, pero, al mismo tiempo, se clasifican como "neutrales" y se niegan a apoyar las sanciones de Occidente contra Rusia.
La "neutralidad" de Brasil, México y Argentina
El posicionamiento de los tres miembros latinoamericanos del Grupo de los Veinte (G20) es especialmente destacable en el contexto del intento de EE.UU. de aislar a Rusia a nivel internacional. Indonesia declaró recientementeno excluir a Rusia de la cumbre del G20, prevista para el próximo mes de noviembre en la isla de Bali, a pesar de la presión de EE. UU. Y otros países occidentales.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha reiterado en varias ocasiones la "neutralidad" de su país en la guerra entre Rusia y Ucrania. "No tomaremos partido", dijo el presidente de extrema derecha a finales de abril. "Queremos la paz, pero no queremos que haya consecuencias para nosotros aquí". Bolsonaro destacó que Brasil es "muy dependiente" de los fertilizantes rusos.
El caso de México es similar. Es conocido el desinterés del presidente mexicano por la política exterior. López Obrador finaliza precisamente este lunes su apenas cuarto viaje al exterior, a países centroamericanos y a Cuba. Fue su primero que no le condujo a Estados Unidos. Según una frase célebre de López Obrador, "la mejor política exterior es la interior”. El gobierno de López Obrador actúa con cautela, llama a la solución pacífica y apoya los esfuerzos de ayuda humanitaria con las víctimas.
Argentina también mantiene una postura "mixta", entre declaraciones que afirman su neutralidad en este conflicto y condenas de la invasión rusa a Ucrania. El canciller argentino, Santiago Cafiero, explicó la postura de su país asegurando que a pesar de condenar la Invasión, Argentina no se alinea a la OTAN y se mantiene neutral frente al conflicto en Europa. "El único alineamiento que tiene la Argentina son los intereses de los argentinos y argentinas, esa es la política exterior de nuestro país”, planteó el funcionario. Y completó: "Acá no hay que elegir bandos”.
En entrevista con El Destape Radio, Cafiero instó a que " que todas las partes involucradas, las potencias, también tomen en cuenta esta política de la escalada que llevó a este lugar".
Los amigos y enemigos de Rusia
Los tres aliados más cercanos de Rusia en América Latina -Venezuela, Nicaragua y Cuba- apoyan de manera incondicional las acciones de Putin, como lo hicieron cuando Rusia invadió Osetia del Sur y Abjasia, en Georgia, en 2008, y cuando anexionó ilegalmente Crimea en 2014. Entre las voces más criticas con Rusia se encuentran Colombia, como único "socio global" de la OTAN en América Latina y Chile.
La mayoría de los gobiernos de la región condenan la guerra de Putin y han votado resoluciones en ese sentido en la ONU. Pero en muchos países latinoamericanos, el papel de la OTAN y de Estados Unidos en la región es objeto de un agrio debate tanto en los partidos gobernantes como en los medios de comunicación. La creciente importancia económica de China y Rusia como competidores en el antiguo "patio trasero" de Estados Unidos también desempeña un papel importante.
El Sur global tiene una visión diferente
El politólogo Johannes Plagemann, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), destaca en un reciente estudio las diferentes visiones sobre este conflicto bélico en Europa: "Mientras la guerra de Ucrania despierta los traumas de la guerra mundial en Alemania, también libera recuerdos positivos en Estados Unidos y Gran Bretaña. La victoriosa Segunda Guerra Mundial y el fin de la Guerra Fría son momentos de triunfo allí, y despiertan sentimientos de fuerza y liderazgo mundial, en definitiva, la sensación de estar del lado correcto de la historia. Esta dimensión histórico-emocional falta en los países del sur global."
Según el experto alemán, en el sur global -es decir, en grandes partes de América Latina, África y Asia- Rusia no es un "Estado paria". Ucrania queda muy lejos, y Rusia no es percibida como amenaza: "Las élites políticas de muchos países del sur global comparten la opinión de que EE.UU. ha tenido su día como superpotencia, pero que, en cambio, China y las crecientes economías del sudeste y el sur de Asia desempeñaran un papel cada vez más importante. En definitiva, que el mundo realmente es, pronto será, o debería ser, multipolar."
(cp)