¿Hacia dónde se dirige la política de desarrollo alemana?
26 de diciembre de 2010Las Naciones Unidas han hecho este año un pobre balance en lo referente a los Objetivos del Desarrollo del Milenio: ya han pasado dos tercios del tiempo hasta 2015, y la mayoría de los países industrializados se están quedando atrás en sus compromisos establecidos para la ayuda al desarrollo.
Alemania, de hecho, se encuentra bastante lejos del objetivo establecido, destinar 0,7 por ciento de su producto interior bruto para la ayuda al desarrollo. Pero el Gobierno federal se atiene a ese objetivo, según dijo la canciller Angela Merkel en la Cumbre del Milenio de la ONU en Septiembre, en Nueva York. Y añadió: en cualquier caso, no se trata sólo de la suma.
La ayuda debe ser eficiente
Angela Merkel se refirió a resultados tangibles, eficiencia de medios y una orientación hacia los resultados – y de esta forma se aseguró la atención del público. Por una parte, porque Alemania es el cuarto país que más donaciones realiza, con las cantidades medidas en dólares.
Y por otra, porque la ayuda al desarrollo alemana en muchas zonas sirve como ejemplo, entre otras cosas porque las consideraciones estratégico-políticas no juegan un gran papel, como lo hacen, por ejemplo, en el caso del mayor donante del mundo, EEUU.
Por eso, cuando la canciller alemana acentuó que se pueden esperar resultados tangibles si parte de los impuestos de los ciudadanos van dirigidos a la ayuda al desarrollo, muchos de los asistentes a la conferencia se enderezaron en sus sillas.
No es algo tan malo, opina Ulrich Post, portavoz de la Asociación alemana de Política de Desarrollo de Organizaciones no Gubernamentales, VENRO: “Una orientación hacia los resultados es algo que ya tiene una cierta importancia tanto para los actores estatales, como para las organizaciones no estatales. También nosotros, como organización de ayuda privada, debemos demostrar lo que realmente conseguimos con nuestro trabajo al final del día.”
Para el objetivo del milenio “educación para todos” se observa más movimiento. Muchos países en vías de desarrollo ya tienen educación básica gratuita para todos, también para las niñas. El objetivo parece que podría conseguirse para el año 2015.
No obstante, dice Ulrich Post, hay muchas cosas que no se pueden medir. Por ejemplo, la promoción de la democracia o la buena gobernabilidad.
Las cifras y las estadísticas al respecto se pueden interpretar libremente, sin contar con el hecho de que en muchos países no se da estadística fiable alguna. Otro problema añadido se da cuando se trata de evaluar una “orientación hacia los resultados”.
El criterio clave, “una buena gobernabilidad”
No obstante, advirtió la canciller Merkel ante la ONU, deben tener todos claro que la ayuda al desarrollo no es una solución duradera. Se trata, dijo, de hacer el mayor bien posible con una cantidad limitada de ayuda económica. “Esto sólo puede funcionar con una buena gobernabilidad que promueva la capacidad económica de sus respectivos países”, añadió.
Una buena gobernabilidad es uno de los criterios clave para la ayuda alemana. La mitad del presupuesto alemán para el desarrollo se destina a las llamadas cooperaciones gubernamentales bilaterales, o en otras palabras, ayuda presupuestaria directamente dirigida a las tareas gubernamentales de algunos países.
Una acción que en el pasado fue criticada por hacer llegar al poder a gobiernos corruptos. Pero ahora, por primera vez, los gobiernos destinatarios son examinados con lupa antes de recibir el dinero.
Los “estados fallidos”, ¿sin ayuda?
Se trata de un criterio recomendable, pero también significa que la gente de los llamados “estados fallidos”, donde sus gobiernos han perdido el control de varias zonas, no recibirá ayuda, a pesar de su necesidad.
En estos países, según Urlich Post de VENRO, es donde las organizaciones no gubernamentales pueden jugar un papel, puesto que no trabajan necesariamente en cooperación con los gobiernos, sino con ONGs locales.
Y en este sentido, dice Ulrich Post, las ONGs pueden ayudar enormemente en los campos de la educación, salud o gestión de crisis. De este modo, las ONGs pueden suavizar las consecuencias de una mala gobernabilidad allí donde la ayuda al desarrollo oficial no llega.
La mortalidad infantil y materna podría reducirse enormemente si se destinan suficientes medios y personal sanitario a ello. Algunos países ya han hecho progresos. Pero todavía quedan enfermedades infantiles y maternales que podrían ser tratadas con medios sencillos.
“Es ahora, y lo será en el futuro, el trabajo de los gobiernos de cada país el planear sus vías de desarrollo si los Objetivos del Desarrollo del Milenio se llegan a cumplir”, dice la canciller alemana. Porque, según ella, sólo los propios estados pueden conseguir el crecimiento económico necesario para acabar con el hambre y la pobreza. Sin un crecimiento a largo plazo, los Objetivos del Milenio no pueden alcanzarse.”
Por eso, Alemania ve su papel en la cooperación para el desarrollo como un apoyo responsable para los esfuerzos de cada país, y también en una larga asociación entre ambos.
Subvenciones agrarias
La lucha contra la pobreza y por el desarrollo debe tener lugar también, no obstante, en el campo de la agricultura. Tres de cada cuatro personas que viven en la absoluta pobreza viven de los cultivos. Sin desarrollo agrario es imposible alcanzar el objetivo de reducir a la mitad la pobreza mundial para 2015.
Si los países donantes como Alemania redescubren este enfoque, sería algo obviamente maravilloso, dice la fundadora y ex-directora de la campaña del Milenio de la ONU, Eveline Herfkens.
Pero también sería algo hipócrita, añade, cuando se observan los obstáculos que los países industriales interponen para el comercio internacional con países en vías de desarrollo: “Incluso el Banco Internacional admite que, desde hace décadas, no tiene mucho sentido invertir en agricultura, porque las políticas de comercio de los países ricos destruyen toda inversión.
Si queremos invertir en agricultura, debemos ofrecer a esta gente un mercado para sus productos, y al mismo tiempo dejar de destruir sus mercados locales con nuestros productos subvencionados.”
Demanda de reducción de barreras de mercado
Es algo generalmente aceptado, y esto también figura en el informe preescrito de la ONU para la Cumbre del Milenio de este año en Nueva York, que las materias primas como aceite o minerales son importados gustosamente a los países ricos, mientras que la importación de productos agrarios y procesados está limitada por altos impuestos o por subvenciones gubernamentales a productos regionales o locales.
De este modo, los productos importados no pueden competir con los mercados locales. Según varios expertos, un cambio en este proceso sería la ayuda al desarrollo más efectiva. Desde 2001 se llevan a cabo negociaciones en las llamadas Rondas de Doha, en la Organización Mundial del Comercio, para detener las subvenciones y subsidios impuestos por los países ricos. Pero hasta ahora no han tenido éxito.
Autora: Helle Jeppesen / Lydia Aranda Barandiain
Editor: Enrique López