"Wir müssen die Freiheit des Wortes verteidigen"
5 de enero de 2016DW: El escritor indio Salman Rushdie llamó “tontos sin principios” a aquellos que criticaron el premio de derechos humanos del centro PEN estadounidense, otorgado a Charlie Hebdo. Usted criticó también esta distinción. ¿Le duele esa acusación?
Josef Haslinger: Me imagino que si yo fuera Salman Rushdie y tuviera su historia de persecución por parte de los islamistas, compartiría su opinión. Sin embargo, a mi no me persiguen los islamistas. Yo me pregunto: ¿Cómo va a seguir esto en el futuro? En Francia tenemos millones de musulmanes, al igual que en Alemania y en Inglaterra, y de este modo Europa se ha convertido en un campo de inmigración musulmana. Nosotros estamos, para bien o para mal, destinados a vivir en paz con estas personas que no son terroristas, sino las mayores victimas de los terroristas islámicos. Por esta razón, dije que no debemos premiar a las caricaturas que son percibidas por los musulmanes como un insulto a su fe. El permitir que se produzcan estas caricaturas es otro tema, y desde luego se deberían producir.
Salman Rushdie dijo que lo hacía principalmente por consideración a las personas que fueron asesinadas por sus caricaturas. Según Rushdie, una organización que no utiliza su influencia no vale nada.
Así es. El PEN existe para hacer respetar la libertad de expresión y es lo que viene haciendo. Inmediatamente después del ataque, el centro PEN alemán también participó de la acción “Je sus Charlie” y publicó incluso la declaración en el sitio web. Nosotros nos solidarizamos con los redactores de Charlie Hebdo y con todos los que luchan por la libertad de expresión propagando, lo que se llama, los valores occidentales. Estos valores van mas allá de occidente, se trata de derechos humanos que hay que defender con uñas y dientes.
A Charlie Hebdo siempre se le acusa de islamofobia y racismo. ¿Cómo ve usted las caricaturas?
Yo diría que las caricaturas en general son muy críticas con las religiones. Ni el Papa se salva. Yo soy una persona que se ha distanciado de la religión. Intelectualmente puedo entender muy bien las caricaturas e incluso a veces me parecen divertidas. No me parecen fuera de lugar, como dicen otros. Pero me pregunto: ¿Quién se entretiene aquí y a costo de qué?
¿Dónde cree usted que están los límites de la libertad de expresión? ¿Hasta dónde se puede llegar?
Los límites de la libertad de expresión están establecidos en el Código Penal. Sin embargo, los códigos penales son diferentes en cada país. Para un código penal que está al nivel de los derechos humanos, significaría desde mi punto de vista, que no existen cláusulas sobre blasfemia. Esta clausula ya existe en muchos países, como en Alemania y Austria aunque su aplicación no se lleva a cabo. Yo estoy en contra de que las religiones tengan privilegios y no estén abiertas a críticas, pero también estoy en contra de insultar a otras personas.
Pero eso es algo muy subjetivo, si digo que me siento ofendido o no.
Por supuesto que es subjetivo pero así es el derecho penal regulado. Todas las personas tienen el derecho de demandar a alguien si se sienten difamados - ya sea por su opinión, su religión, su origen o debido a su aspecto. No creo que sea fácil identificar jurídicamente que ilustraciones son relevantes para una acusación. Sin embargo, pienso que cuando se trata de arte se debería ser especialmente generoso, ya que el arte debería tener la oportunidad de probar los límites.
Los ataques en París en noviembre último demostraron que el autodenominado Estado islámico (IS), combate los estilos de vida distintos al que ellos propagan. De ahí la pregunta sobre el motivo en el caso Charlie Hebdo, ¿no era diferente?
No sólo se trata de los ataques en París, sino también de los ataques en Beirut y en otros países como Nigeria e Irak. Son ataques contra nuestro estilo de vida. Nosotros tenemos que defender este estilo de vida, pero lo defenderemos mal si vamos a la guerra. Los ataques ocurridos son entendidos como guerra por los atacantes. El ataque en Paris se produjo después de que el llamado Califato del IS fue bombardeado por Francia. Y si Alemania apoya esta guerra, entonces no nos debemos sorprender cuando ocurran ataques aquí.
Antes de la participación alemana en las operaciones militares, Alemania ya era un objetivo a atacar.
Es cierto, pero no apoyo la idea de responder al terrorismo con bombas, después que algo parecido ha fallado recientemente en Afganistán e Irak. Ambas sociedades se han desestabilizado y no se logró nada, excepto muchos muertos de ambos lados. Por ello, temo que lo mismo ocurrirá ahora. Aquí nos hacemos enemigos de otras religiones. Para los yihadistas esto significa un ataque en contra del islamismo. De esta forma no vamos a llegar a la paz y tampoco a convivir juntos en una sociedad con culturas y religiones diferentes. Finalmente, se hará todo lo contrario y esa es la gran miseria.
Josef Haslinger es presidente del Centro PEN de Alemania desde 2013. El ensayista y escritor nació en Austria. PEN (Poets, Essayists, Novelists en inglés) promueve en todo el mundo la libertad de expresión y apoya a escritores perseguidos.