Heidi Klum revela el secreto de su éxito
11 de marzo de 2005¿Qué necesita una mujer para tener éxito? Talento, mucho tesón y una dosis de suerte. Por supuesto que tener una facha como la de Heidi Klum tampoco viene mal. Pero lo principal parece ser contar con una autestima a toda prueba, como la de la supermodelo alemana. Así se desprende del libro en que revela sus recetas para triunfar.
Híbrido de autobiografía y manual
"Naturalmente exitosa", escrito originalmente en inglés por un ghostwriter, revela algo de la trayectoria de esta especie de versión femenina del Rey Midas. Porque la bella en cuestión no sólo tiene un rostro hermoso y una figura perfecta, sino una indudable habilidad empresarial que le ha permitido amasar fortuna también fuera de las pasarelas.
En el caso de este libro, la clave parece estar en la mezcla de autobiografía y consejos prácticos que ofrece, dos géneros que están de moda en la industria editorial. Todo esto adornado con un centenar de fotografías, incluyendo algunas sacadas del álbum privado de la modelo, que probablemente inducirán a muchos admiradores a adquirir la obra, aunque haya sido concebida principalmente para el público femenino.
Pequeñas infidencias
Quien espere encontrar habladurías de grueso calibre o secretos de alcoba se verá decepcionado. Heidi a lo sumo está dispuesta a cometer infidencias menores, como la de contar la táctica que utilizó su agente de relaciones públicas para atraer la atención de la prensa al inicio de su carrera, cuando modelaba prendas de lencería de la empresa "Victoria's Secret". El truco consistió en filtrar, en una columna de chismes del New York Post, el rumor de que los conocedores del mundillo interno del modelaje llamaban a la novata germana "The Body". Eso bastó para que todas las cámaras la enfocaran.
No siempre las cosas han sido fáciles y, sin duda, ha tenido que trabajar duro para llegar donde está. Pero, en el caso de Heidi Klum, todo parece un asunto juguetón y risueño como su rostro. Un rostro que no en vano es uno de los favoritos de la publicidad, con el mérito de no satisfacer el cliché de la rubia tonta, sino de reflejar la picardía y el entusiasmo que potencian su belleza.